Río de Janeiro
Nada más asumir su cargo, un alcalde socialista brasileño desató una ola de críticas tras otorgar por decreto las llaves de su ciudad “a Dios”, aunque luego pidió perdón por la medida.
Este decreto celestial sorprendió a los vecinos de Guanambi, una ciudad de 85 mil habitantes en el estado de Bahía (nordeste). Como los panes del Evangelio, la noticia se multiplicó por las redes sociales, acompañada de un diluvio de comentarios indignados, irónicos o incluso temerosos.
Mientras, un fiscal del estado reclamó la apertura de un proceso judicial para que se anule este decreto anticonstitucional.
“Yo, Jairo Silveira Magalhães, alcalde de Guanambi, designado por Dios, elegido por el voto popular para el mandato de 2017-2020, decreto la entrega de las llaves de este municipio de Guanambi a Dios”, proclamó el nuevo alcalde en el documento.
“Declaro que esta ciudad pertenece a Dios”, añadió este alcalde del Partido Socialista Brasileño (PSB, centro) en el decreto “número 1” de su mandato, publicado el 2 de enero en el boletín municipal.
Subrayando que su “palabra es irrevocable”, el alcalde “cancela en nombre de Jesús todos los pactos realizados con cualquier otro Dios” y advierte que todos los “gobernadores de este mundo tenebroso (…), en esta ciudad, estarán sujetos al señor Jesucristo de Nazaret” en persona.
El decreto sorprendió todavía más teniendo en cuenta que Magalhães no había hecho referencia a sus convicciones religiosas durante la campaña electoral, según los medios locales.
Desbordado por la polémica, el alcalde de Guanambi dio marcha atrás “pidiendo perdón” a quienes se hubieran ofendido a través de un comunicado.
En su escrito, el alcalde jura que no tenía “ninguna intención de amenazar la laicidad” y prometió administrar la ciudad “para todos (…) y sin ninguna distinción”.
Pese a ser el país con más católicos del mundo, y donde las iglesias evangélicas no paran de crecer, Brasil es un Estado laico, aunque en el preámbulo de su Constitución se haga referencia a Dios.
En las elecciones municipales de octubre, la izquierda sufrió una derrota histórica en beneficio de partidos de centro y derecha impulsados por fuertes corrientes religiosas.
Por primera vez un evangélico, Marcelo Crivella, obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios (neopentecostal) fue elegido alcalde de Rio de Janeiro.
En el comienzo del próximo carnaval, a finales de febrero, será el encargado de entregar simbólicamente las llaves de la ciudad al Rey Momo, monarca de todos los excesos de esta fiesta que celebra la locura.