Irapuato, Guanajuato.- De acuerdo al libro “Añoranzas 1” de la Historia de Irapuato, anteriormente a convertirse en templo, el recinto sagrado de la Divina Providencia era casa embrujada y la finca duró abandonada 20 años sin rentarse.
La Sra. Ma. Carmen del Moral, dueña de la Hacienda de Colón y de varias haciendas, compró un terreno en la ciudad en la calle del Fígaro, ahora con el nombre de Santos Degollado, donde ahora se encuentra el templo de la Divina Providencia para vivir en temporadas.
Dicha casa la mandó construir al estilo Francés, teniendo un jardín muy grande con mucha variedad de flores, en el cual mandó poner un pequeño kiosko y un laguito con patos, mandándola a pintar color rojo todo por fuera.
En el año 1930 aproximadamente, la Sociedad “Cortés y Cía.”, dueños de la fábrica de jabón “La Constancia” compraron la finca, y en el año 1940 aproximadamente se la rentaron a unos hermanos Vergara que vivían en Ciudad Guzmán, Jalisco poniendo una pequeña fábrica de glicerina y al poco tiempo los hermanos Vergara no pudieron competir con dicha compañía, entregando la finca a sus propietarios.
La finca duró sin rentarse más de 20 años, quedando completamente abandonada y con los rumores de la gente que vivía en los contornos que decía que estaba maldita y que espantaban no se podía rentar y al paso de más años quedó destruida.
En la época que estuvo de cura de la Parroquia de la Soledad del centro el Pbr. Patricio Arroyo, le hizo una petición al Sr. Evaristo Cortés que si no podía donar dicha finca para hacer una iglesia, a lo cual el Sr. Dn. Evaristo Cortés, que era una persona muy caritativa, lo donó al curato, haciendo el Templo de la Divina providencia.