Opinión
Los adultos mayores representan la experiencia y la sabiduría, la construcción de la ciudad en la que vivimos, ellos son un ejemplo de vida y para llegar a su edad -como seres humanos- requerimos mucho más que sólo fuerza, se requiere corazón y mantener el entusiasmo por vivir.
Desafortunadamente la cultura con la que hemos aprendido a vivir, nos orilla a pensar que las personas al envejecer se deterioran e incapacitan y por ende se convierten en una carga que los más jóvenes deben soportar, y como resultado de esas creencias, encontramos abuelitos en estado de abandono.
Se necesita trabajar mucho para cambiar estas percepciones erróneas y poco a poco generar una nueva forma de pensar en la que como individuos y como familia, incluyamos a los adultos mayores a la sociedad, resaltando sus capacidades, habilidades, gustos, destrezas e intereses que tanto nos pueden aportar a las nuevas generaciones.
En el DIF de Irapuato estamos convencidos de que ellos son esa inspiración que necesitan quienes aún gozan de juventud, por ello trabajamos para hacerlos sentir productivos, amados, incluidos y respetados.
Actualmente en nuestro Centro Gerontológico, contamos con un padrón de 2 mil 954 adultos mayores que a menudo visitan las instalaciones para recibir talleres y pláticas con las que aprenden a realizar actividades productivas que los ayudan a crear sus propios proyectos y que contribuyen a mejorar en gran nivel su autoestima.
Trabajamos por ellos y buscamos siempre brindarles el apoyo necesario para que vivan su vejez en plenitud y de una manera digna y sana.
Por Doris González