Guanajuato, Gto.- En este mes de abril conmemoramos el 275 aniversario luctuoso de Don Pedro Bautista Lascuráin de Retana, generoso filántropo, gran benefactor y fundador de la ahora Universidad de Guanajuato (UG).
Lascuráin de Retana nació el 29 de junio del año de 1674, en el pueblo de Mendaro, Provincia de Gipuzkoa en el país vasco, España. Muy joven vino a la Nueva España, y se estableció en la entonces Villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato, siendo uno de los más destacados propietarios de minas y haciendas de beneficio.
Fue fundador de las misiones religiosas Jesuitas en la Ciudad de Guanajuato, donando gran cantidad de dinero a los Padres de la Compañía de Jesús para la construcción del Colegio de la Purísima Concepción (posteriormente Colegio del Estado y a la postre, Universidad de Guanajuato) en la misma ciudad.
Se tiene registro histórico de las pláticas que Don Pedro había celebrado en el año de 1732 con el Obispo de Valladolid, Dr. Don Juan José de Escalona y Calatayud, y con su comadre, la Señora Doña Josefa Teresa de Busto y Moya, Xeres y Monroy, hermana de don Francisco Matías de Busto, Márquez de San Clemente, quien habló con Don Pedro y acordaron lo necesario para la fundación del Colegio de Guanajuato, cediendo Doña Josefa su casa, en la que hoy se levanta la legendaria Colmena.
Lascuráin de Retana, además de sensible filántropo, fue protector de la educación impartida a los jóvenes, proporcionando los recursos para el establecimiento de la cátedra de Filosofía (antecedente de las licenciaturas de la hoy Sede Valenciana de la División de Ciencias Sociales y Humanidades del Campus Guanajuato de la UG) en el Colegio de la Purísima Concepción, a la vez que contribuyó con grandes cantidades de dinero para obras, tanto en la ciudad de Guanajuato como en el –ahora- municipio de Valle de Santiago.
Al quedar fundada la misión permanente de Jesuitas el 19 de noviembre de 1738, Don Pedro prometió que después de su muerte dejaría para el sostenimiento del Colegio, las cuatro haciendas que poseía en la jurisdicción de Valle de Santiago.
Don Pedro Lascuráin de Retana murió el 2 de abril de 1744 y fue sepultado en el presbiterio de la iglesia parroquial, según consta en su acta de defunción.
La calle donde se ubica el edificio Central de la UG, famoso por su escalinata, lleva su nombre. Así también, en el Himno Universitario se le rinde tributo con las siguientes líneas “…Y la pródiga mano de un minero corona las fecundas labores del preludio del bien”.