Guanajuato, Gto.- La zona conocida como “Los Pastitos” tiene a la Plaza de las Ranas como uno de los espacios donde se han registrado los más memorables espectáculos al aire libre en la historia del Festival Internacional Cervantino.
En la edición 52 lo memorable fue el montaje y posterior desmontaje de la “Construcción Monumental Participativa del Teatro Juárez”, hecha de cartón, obra del artista Olivier Grossetete. Fue fascinante su edificación y doblemente fascinante su destrucción, reconoció su creador.
La “fachada del Juárez” quedó lista el jueves. Su construcción tomó una semana a partir de un taller en donde trabajaron unas 12 personas por día, que se apuntaron voluntariamente para armarla.
La mayoría eran jóvenes del servicio social del festival. Firmaron los bloques de cartón, en los que también el artista dejó imágenes de los planos que dieron cuenta del paso a paso al armar la figura.
La obra midió unos 13 metros de altura y 30 metros de largo, aproximadamente, y sorprendió a turistas y guanajuatenses que acudían a tomarse fotos y grabar video con la mega figura.
Y así estuvo hasta el sábado. Previo a las 11 de la mañana, decenas de personas llegaron a la cita, pues se avisó en la programación que el artista y todos los presentes que quisieran participar.
Se esperaba un desmontaje, pero no hubo tal: fue una destrucción, en la que participó este sábado por la mañana un centenar de personas, entre ellas staff del Cervantino que incluyó a Mariana Aymerich (titular del festival).
Colocaron arneses estratégicos en el centro de la figura, mismos que Grossetete, junto a algunos invitados, fueron tirados mediante una cuerda. La figura se vino abajo.
Se esperaría que los bloques fueran llevados a algún lugar, pero no: Grossetete llamó a todos a aplastar el cartón con los pies y bastó un minuto para que algunos adolescentes y niños llegaran a la cima de los cartones amontonados.
Fue el cartón arrugado el que se llevaron algunos como “recuerdo”.
Grossetete había comentado que lo interesante de todo este proceso era la creación y su demolición, elemento siempre presente como virtud de lo efímero, y una muestra de que ante el poder es el pueblo el que decide, la sonrisa del artista y los presentes mientras escalaban, aplastaban y demolían el cartón era inevitable.
El teatro Juárez fue inaugurado el 23 de octubre de 1903. No se esperaron para su cumpleaños. Lo derribaron un día antes.