Guanajuato, Gto.
La Fiesta de los Indios Tejocoteros, que se realiza el segundo domingo de octubre de cada año, cumplió 90 años de existencia. Rindió homenaje a su fundador, Tomás Ulloa, y sus organizadores promueven, con el apoyo de la comunidad, que sea declarada Patrimonio Cultual Intangible de las y los guanajuatenses.
La fiesta es parte de una tradición que indica que en 1864 el emperador Maximiliano de Habsburgo pasó por el poblado, situado al norte de la ciudad de Guanajuato, y sus pobladores lo recibieron con fiesta y le representaron cómo fue la toma de la Alhóndiga de Granaditas.
De acuerdo con la tradición, la que mostró al emperador mediante un teatro popular, fue Juana Gabina, quien era hija de Juan José de los Retes Martínez, conocido como “El Pípila”. Los pobladores representaron a los insurgentes y la tropa de zuavos que escoltaba a Maximiliano hizo el papel de las tropas realistas españolas.
Don Tomás Ulloa, hombre nacido en el poblado en 1910 y de madre otomí. Supo por voz de los mayores de esa historia y decidió reconstruir el hecho en 1934. Leyó las Efemérides del sacerdote Lucio Marmolejo y con base en ellas y en la tradición oral reconstruyó la obra que supuestamente se presentó al emperador.
La representación ya se había representado desde el siglo XIX, pero fue interrumpida por la Revolución y la Guerra Cristera.
Desde 1934 se hace la fiesta de los indios tejocoteros en Santa Rosa: la noche del segundo sábado de octubre dan el Grito de Independencia y el domingo representan una serie de combates entre tropas insurgentes y tropas realistas, hasta culminar por la tarde con la quema de una simbólica Alhóndiga de Granaditas.
La fiesta hoy
Desde hace algunos años la fiesta dominical iniciaba con un desfile de escolares de la zona. Este año no lo hicieron.
Las llamadas “guerrillas” se realizaron pasadas las 11:00 horas desde la planta alta del poblado, por su calle principal, que es el camino real por donde en 1864 pasó Maximiliano.
Tuvieron varios enfrentamientos. En cada uno de ellos había explosiones hechas con pólvora y papel comprimido en viejos mosquetes y pequeños cañones artesanales, entre música de bandas militares.
Al mediodía, en el escenario construido junto al tempo del poblado, se rindió homenaje a quienes se han adelantado. Destacaron el recuerdo de don Tomás Ulloa y de Raymundo Herrera, quien representaba el papel de sacerdote que guiaba a los “españoles”.
En esta ocasión estuvieron presentes la presidenta municipal, Samanta Smith, y el ex alcalde Alejandro Navarro.
A petición de los organizadores de la fiesta, Samantha Smith prepara el documento para solicitar a la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo que la fiesta sea declarada Patrimonio Cultural Intangible de las y los guanajuatenses.
La fiesta continuó entre baile, explosiones de cañones y escopetas y mucha alegría hasta la tarde, para culminar con la quema de juegos pirotécnicos colocados en una plataforma que construyen junto a la escuela primaria de la comunidad y que representa a la Alhóndiga de Granaditas.
Entre alegría. Cervezas y comida pasó una fiesta donde el pueblo hace su propia interpretación de la historia y que se propone para patrimonio cultural.