Tejedora de muñecos, flores y otras figuras: Lupita Valencia, mujer emprendedora

El nombre de su negocio está inspirado en dos de sus perritos llamados “Kachi” y “Monche” los cuales dieron origen al nombre “Kachimonche”

Irapuato, Guanajuato.- María Guadalupe Valencia, cariñosamente conocida como “Lupita”, tiene 50 años de edad y crea muñecas, flores y diversas figuras utilizando estambre. Su historia como “artesana” comenzó de manera inesperada, impulsada por el deseo de cumplir un pedido especial de su hija.

Todo empezó cuando su hija le preguntó si sabía tejer. Sin dudarlo, Lupita respondió que sí y se aventuró a crear un muñequito rockero para una de las amigas de su hija. El éxito de su creación fue tal que el papá de su amiga le encargaría hacer a toda la banda. Este pequeño logro desató su pasión por el tejido con estambre.

Lupita se acercó al Miércoles Ciudadano, donde fue canalizada al Instituto de las Mujeres Irapuatenses (INMIRA). Allí, le pidieron llevar sus figuras para evaluar su trabajo, y pronto recibió un encargo especial: una muñequita con fresas, solicitada desde Guanajuato.

El proceso de tejido es laborioso y requiere paciencia, por ejemplo, para una flor, Lupita dedica unas 2 horas de trabajo, mientras que un muñeco pequeño puede tomar hasta 3 horas. Las muñecas grandes, con todos sus detalles, pueden llevar de 4 a 5 días. Aunque el tiempo es variable y depende de la urgencia de la solicitud ya que en algunas ocasiones se ha quedado toda la noche sin dormir por entregar a tiempo el pedido, siempre buscando entregar productos de calidad.

Los precios de sus creaciones son: las muñecas grandes se venden por 750 pesos e incluyen una base, los muñecos pequeños están en 150 pesos, los medianos en 200, las flores en 50 y los tipos llaveros 2 por 50 pesos.

A pesar de ser su primera exposición, Lupita tiene grandes expectativas para su negocio. El año pasado se dedicó principalmente a las ventas por encargo, pero ahora busca expandir su alcance y darse a conocer. Aunque no es experta en redes sociales, cuenta con el apoyo de su hija de 18 años, quien promociona sus productos en la escuela y consigue algunos encargos.

Como madre divorciada, Lupita enfrenta desafíos económicos, pero se enorgullece de hacer su propia contribución. Aunque su esposo ayuda con los gastos, ella prefiere mantener su independencia financiera y no pedir más de la cuenta, trabajando para cubrir las necesidades de su familia.

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