Irapuato, Guanajuato.- Yolanda de 29 años de edad, es una enfermera irapuatense, la cual lleva ejerciendo su profesión desde hace 2 años.
Para ella, el vivir esta pandemia, es una sacudida a su realidad, pues, aunque lo usual en su ámbito laboral es ver morir a las personas, este virus sobrepaso todos los aspectos.
“En una ocasión, hubo una señora que causó en mi mucha tristeza, ya que me tocó a mí acercarme y sentirla fría, ya que tenía rato de haber muerto y nadie se había dado cuenta, ese momento me hizo reflexionar sobre el verdadero problema que estábamos atravesando con esta pandemia y darme cuenta de lo que pasaba, pues en ese momento no me caía el “veinte” de la magnitud de este problema”, externó Yolanda.
Por otro lado, la enfermera externó como ha sido para ella pertenecer al área mejor conocida como “Covitario”, la cual ha desprendido en ella todo tipo de emociones.
“He pasado muchas experiencias ahí en el piso, he conocido a muchos pacientes que te dejan huella en el corazón, pacientes que hoy los atiendes los ves sonreír, piensas que saldrán de esta y al otro día llegas al piso y te dan la noticia de que han fallecido; Hoy en día es un desgaste físico y emocional tan grande que en algún momento ya solo estoy esperando la hora de salir del piso, quitarme el equipo de protección y descansar, ya que el mismo te sofoca por el calor que sientes, la desesperación de que con los guantes no puedes hacer muchas actividades fácilmente como lo harías sin ellos, el que comiences a sudar y se empañen los googles y ya no te permitan ver nada, te deshidratas y a veces no puedes ni tomar un poco de agua de tanto movimiento que hay dentro del hospital, tantas cosas que suceden que lo único que pides es que esto termine ya, para no ver sufrir a más gente”, dijo.
Yolanda eligió esta profesión, por que le gusta ayudar a las personas, ya que ella cree fielmente que todos venimos a esta tierra a realizar obras de caridad y ayudar al prójimo, explicó que para ella es una satisfacción muy grata que pocas personas pueden presenciar, ya que la satisfacción que genera esta labor es tan grande que al escuchar un “gracias” de corazón es lo más sincero, algo que no tiene precio.
Algo que hace muy feliz a esta joven enfermera es lo que sucedió hace poco tiempo con doña Toñita, una señora que les robo el corazón a todos en el hospital.
“Una señora muy tierna, linda y llena de vida, llegó a enseñarnos a todas cosas maravillosas, Dios nos mandó su caso, para ver la vida de otra manera y hacer más gratos nuestros días, nos hizo ver que a pesar de las adversidades se puede lograr seguir adelante, ella a sus más de 80 años, la dieron de alta sin ninguna complicación, situación que nos llenó de alegría y aunque extrañamos llegar a la cama 208 y verla ahí, estamos satisfechos de saber que esta con su familia sin ninguna complicación”, externó.
En contraste a la situación, Yolanda comentó la tristeza y coraje que siente al ver a su alrededor y darse cuenta de que algunas veces la solidaridad y empatía se pierde en el sector salud.
“Me da mucho coraje que algunos compañeros vean el problema sin solidaridad ni empatía, haciendo las cosas como si no les importara si las personas viven o mueren, por otro lado, cuando llega alguien conocido o algún familiar, ahí sí, quieren que se les atienda de la mejor manera posible, que no les haga falta nada, pero cuando son personas ajenas no les importa lo que pase y eso es muy triste, me hace sentir molesta, me hace sentir impotente por que quisiera hacerles cambiar de mentalidad pero como dicen, “cada cabeza es un mundo diferente” y pues no puedes cambiar al mundo, aclarando que no son todos los compañeros pero me ha tocado ver situaciones nada gratas en este punto”, mencionó.
Para concluir, Yolanda envío un mensaje a todos los irapuatense; “Quiero decirles a todos los ciudadanos que se cuiden mucho, que sigan todas las medidas sanitarias, que cuiden a su familia, sobre todo a sus abuelos, ya que son los que han sufrido más, así como las personas que tienen comorbilidades, esperando que pronto termine esto, aprendiendo de la pandemia y vivir la vida al máximo, disfrutando hasta el último momento”.