
Guanajuato, Guanajuato.- La editorial La Rana de la era de Lizeth Galván como secretaria de Cultura prioriza un proyecto mercantil sobre la calidad de la escritura y la formación de públicos lectores. Su propósito es vender libros y deja en segundo plano la calidad de lo publicado. En su propuesta de conformación de un Comité Editorial Consultivo destaca aspectos mercantiles y de uso de tecnología por sobre los literarios o de cualquier otro tema. Tiene tres propuestas: dos son de fuera del estado y uno sí es guanajuatense, pero ninguno vive en la entidad. Ahora convocan a la comunidad de escritores y escritoras para elegir a autores o autoras locales como relleno.
El pasado 27 de agosto, la Secretaría de Cultura realizó una reunión con integrantes del medio literario de la entidad. El encuentro, que tuvo como espacio el Centro para las Artes, en Salamanca, reunió al menos a 40 personas.
Ahí les fue presentado la propuesta editorial para La Rana, con la novedad de que ya había tres personas designadas para integrar un Consejo Editorial Consultivo.
El documento presentado por Katia Nilo, actual responsable del área editorial de la Secretaría planteaba que buscan “garantizar que las políticas editoriales de la Editorial La Rana respondan de manera adecuada, innovadora y ética a las necesidades culturales, sociales y tecnológicas de la época”. El texto añade que “En un contexto de transformación digital, cambios en los hábitos de lectura y desafíos en la sostenibilidad editorial, este Comité actúa como un puente entre la tradición literaria, la innovación tecnológica y las demandas de las comunidades a las que sirve la editorial Colegiada transparente”.
Esto es: para comercializar y responder a una demanda de consumo, sin señalar lo que debe ser la calidad de la creación ni plantear la creación de públicos lectores.
Señala como línea la Gobernanza participativa: “Garantizar la calidad, la transparencia y el impacto social de las publicaciones, alineado con los objetivos de desarrollo cultural, económico y social”. Un planteamiento no contemplado en propuestas de cultura: el desarrollo económico.
Sigue con el Fortalecimiento de la calidad: “Asegurar que las decisiones editoriales respondan a los intereses y necesidades de la ciudadanía, consolidando así el eje de Confianza”. Nunca refiere a mejorar la parte estética de lo publicable o publicado y remite a responder a exigencias de consumo.
Continúa con Prosperidad del sector cultural: “Fomentar la generación de empleos, la profesionalización de los agentes culturales, la circulación efectiva del catálogo editorial y la expansión de mercados”. Una propuesta netamente mercantil.
Lineamientos Generales: “Establecer criterios claros para las convocatorias que garanticen la calidad y diversidad de las publicaciones”, pero sin indicar en qué consiste esa calidad.
Como Evaluación multidimensional plantea “Validar propuestas editoriales desde múltiples perspectivas (literaria, académica, tecnológica, social)” y señala una “Actualización tecnológica” que consiste en “Acompañar la modernización de formatos, plataformas y estrategias de acceso a los libros”. Otra propuesta básicamente mercantil, para rematar con “Inclusión y diversidad” que exhibe como “Fomentar la inclusión de voces diversas y garantizar el impacto social y cultural de las publicaciones”. DE nueva cuenta, sin indicar claramente en qué consiste la calidad de lo escrito y sin especificar que tipo de publicaciones, que pueden ser literarias, de cultura popular, antropológicas o de historia.
El documento indica que “El sector editorial enfrenta el desafío de no solo producir libros de calidad, sino también de garantizar su circulación efectiva. Este perfil es esencial para diseñar estrategias de comercialización y distribución que aseguren la sostenibilidad económica del catálogo, ampliando el acceso a las obras y fortaleciendo su presencia en diversos canales”. Enfatizan en diseñar estrategias de distribución y comercialización, “promover alianzas estratégicas con diversos actores” y “aportar métricas para evaluar el desempeño comercial”.
Y para tales efector, la Secretaría designó a tres personas:
Como experta/o en comercialización editorial y ferias de libro, designaron a Nubia Macías, socióloga, periodista y gestora cultural. Trabajó para El País (México), Público de Guadalajara, y como corresponsal en Europa para RadioCentro México, el Instituto Mexicano de la Radio y El Financiero.
Durante 18 años fue parte del equipo organizador, diez de los cuales fue su directora general. Bajo su gestión, la FIL se consolidó como el mayor mercado editorial del mundo en español.
Dirigió al grupo editorial para México, USA y Centroamérica durante cuatro años (2013-2017) y actualmente dirige su propia empresa dedicada al diseño, planeación y producción de proyectos culturales en América Latina.
Es profesora titular de la Maestría en Gestión y Desarrollo Cultural de la Universidad de Guadalajara y conferencista en foros internacionales sobre la cultura y su importancia para la sociedad. Sin embargo, no escribe ni tiene un currículum que avale conocimientos sobre literatura: ha sido una comercializadora de libros y organizadora de ferias.
Como experto en big data, arquitectura del conocimiento digital e inteligencia artificial tienen al músico y compositor leonés Edgar Barroso, que tiene Doctorado por la Universidad de Harvard en composición musical y tecnología. Actualmente es profesor en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. Fundador de Antena Labs y Casa Antena, empresa de desarrollo tecnológico y escuela comunitaria dedicada a la inclusión y transformación digital en México.
En 2023, fundó Arquitectura de Horizontes, un spin-off del Tec de Monterrey dedicada a utilizar inteligencia artificial para ayudar a organizaciones a transformar retos complejos. Actualmente reside en Suiza, donde continúa su trabajo como profesor y emprendedor.
Currículum de tecnología, pero sin ninguna liga o referencia sobre conocimientos de calidad literaria. Como experta en publicación impresa, digital y sonora tienen a Aránzazu Núñez, queretana experta StoryLab Es editora, gestora cultural y directora de StoryLab (una aplicación de IA que proporciona bases narrativas ideas para crear textos acorde a las exigencias del mercado), una productora y agencia de consultoría especializada en el desarrollo de contenidos narrativos y proyectos culturales.
La presentaron como Bibliomanager, “Responsable de la adquisición de contenidos y canales para la compañía internacional especializada en la distribución, comercialización e impresión bajo demanda.
Fue directora Ejecutiva de la 1a Feria Internacional del Libro y Medios Audiovisuales del Estado de Querétaro, gerente de publicaciones y editora de Contenidos Originales para México y LatAm para la plataforma sueca de audio-entretenimiento.
Ha colaborado también con múltiples proyectos como el Anuario AC/E de Cultura Digital publicado por el Ministerio de Cultura de España y no pone en su currículum un dato importante: fue editora de la revista Paideia, del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, en donde cobró por honorarios y el proyecto fue fallido.
Sus relaciones con la literatura son la obtención del Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila y haber trabajado en la Feria Nacional del Libro de León (FeNaL) cuando Katia Niño era su organizadora, así como en la Feria del Libro de Teatro (FeLiT).
Su perfil es estrictamente tecnológico y mercantil, similar al anterior.
Este viernes 5 de septiembre habrá una sesión virtual con la comunidad para que propongan a dos escritores locales que conformen el consejo: serán tres que viven fuera del estado y que no tienen formación ni experiencia en literatura, cultura popular, antropología o historia (principales temas editoriales de La Rana).
Los otros consejeros:
La editorial del gobierno de Guanajuato ya ha tenido otros consejeros.
En la década de 1970 fueron Miguel González Avelar (intelectual que fue secretario de Educación Pública), Mariano González Leal (historiador leonés muy reconocido), María Luisa Mendoza (una de las más reconocidas escritoras guanajuatenses ya fallecida), Carlos Monsiváis (cronista cultural de México, ensayista de renombre), Margarita Paz Paredes (reconocida poeta), Fernando Paz Sánchez (economista, investigador y docente de la UNAM), el historiador y literato Guillermo Pérez Velasco, el periodista e intelectual Salvador Reyes Nevares, el exrector universitario y escritor Eugenio Trueba Olivares, el abogado y filósofo Fausto Vega y el cronista y poeta Othón Villela Larralde.
En la década de 1980, ya con el gobierno de Rafael Corrales Ayala, el Consejo Editorial estuvo compuesto por el reconocidísimo pintor muralista José Chávez Morado, los exrectores universitarios Antonio Torres Gómez (que promovió la creación de una biblioteca en León) y Eugenio Trueba Olivares y el letrado político y gran orador Pastor Yáñez.
Con los gobiernos panistas ya no hubo consejo editorial.
