Acámbaro, Gto.- Sandra Huerta Trejo, docente de educación preescolar en el jardín de niños Diego Rivera, del municipio de Acámbaro, comparte que, la etapa del jardín de niños es sumamente importante para su progreso integral, a fin de que se desarrollen las habilidades esenciales tanto personales, como sociales y mentales necesarias para tener éxito en la educación formal y para el aprendizaje de habilidades académicas básicas, tales como: la lectura, escritura y matemáticas.
En su amplia experiencia de 22 años como educadora, ha tenido la oportunidad de estar en escuelas de organización completa, bidocentes y unitarias, en todas ellas la forma de trabajar cambia, ¨sin embargo lo que siempre se mantiene igual, es el cariño de mis chaparritos, con sus caritas llenas de bondad, siempre sonriendo y con la curiosidad y ganas de aprender más cada día¨, aseguró.
Ella refiere que, cada experiencia que ha tenido en las escuelas que ha trabajado las mantiene en su memoria con cariño ya que en cada una de ellas ha obtenido nuevos aprendizajes, porque enfatizó que, ¨ no solo las niñas y niños aprenden de nosotras como educadoras, a su vez nosotras aprendemos mucho de todos ellos, es un mundo lleno de nuevas expectativas y panoramas diferentes¨.
El nivel preescolar es una etapa rica en aprendizajes, estímulos, experiencias de desarrollo que van a permitir a los niños y niñas que al egresar a los seis años tengan las capacidades para enfrentar los retos de la escuela primaria, con un bagaje emocional y habilidades sociales competentes.
La maestra Sandra rememora con gran nostalgia que, en el tiempo que tuvo la oportunidad de trabajar en comunidad, las mamás de sus chaparritos, como ella los menciona, mandaban a sus hijos e hijas con servilletas de tela, las cuales guardaban taquitos de diferentes y deliciosos guisados para que compartieran con ella, esos son detalles que uno agradece y guarda en el corazón.
Además, mencionó que su trabajo le permite estar cerca de su alumnado para que se sientan con la confianza de saber que ella siempre está dispuesta a escucharlos, para que se sientan seguros e incentivados.
Se debe reconocer que trabajar con niños en esa etapa requiere dedicación, concentración y tiempo, es una labor hermosa, por lo que mi mensaje a mis compañeros y compañeras educadoras es que, ¨hemos elegido la profesión más bonita del mundo, es muy gratificante porque a diario los niños y niñas nos pagan con hermosas sonrisas, al llegar al salón de clases cualquier problema que podamos tener en casa lo olvidamos mientras estamos con ellos¨.
La función de las educadoras es promover la autonomía y seguridad personal de los infantes, así como permitir y estimular su creatividad y su expresión espontánea para que promuevan sus capacidades individuales.
En su día (fecha que tiene su origen en el nacimiento del pedagogo alemán, Federico Froëbel, en 1782, creador de la educación preescolar y del concepto “jardín de la infancia”), se debe reconocer la labor e importancia de las educadoras que son formadoras y la base para la enseñanza de niños y niñas guanajuatenses.