Guanajuato.- El Sistema de Salud Gto reforzó el programa de calidad del agua bacteriológica y fisicoquímica.
El propósito de hacer una vigilancia de la calidad del agua para consumo humano es contribuir a disminuir los factores de riesgo a la salud de la población, incidiendo para que las instancias responsables del suministro de agua, controlen las sustancias tóxicas que puede contener dañando la salud de quien la ingiera o utilice y al evitar las enfermedades infecciosas y parasitarias que pueden ser transmitidas por ella.
Este año se han realizado a nivel estatal 31 mil 955 determinaciones de cloro residual y 661 muestras de análisis y 422 muestras de agua con metales pesados.
El secretario de salud Daniel Alberto Díaz Martínez explicó que estas tomas de determinaciones han sido analizadas por medio de las 8 Jurisdicciones Sanitarias en el Laboratorio Estatal de Salud Pública del Estado.
Explicó que el agua es un recurso de la naturaleza esencial para el sostenimiento y la reproducción de la vida en el planeta y, por tanto, vital para el ser humano y el resto de los seres vivos.
Esto destaca la importancia de su calidad, es decir que sea apta para el uso y consumo humano.
Díaz Martínez agregó que el vital líquido puede ser beneficioso para la salud de la población, pero puede convertirse en un medio de propagación rápida de enfermedades si está contaminada, dado que se corre el riesgo de que su potabilidad se vea afectada por un mal diseño de las obras del sistema de agua, por una mala operación y por mantenimiento deficiente.
Por eso, la forma más eficaz de garantizar sistemáticamente la seguridad de un sistema de abastecimiento de agua de consumo es aplicando un planteamiento integral de evaluación de los riesgos, para lo cual la Secretaría de Salud, como parte de su ámbito de competencia, lleva a cabo la vigilancia de la calidad del agua, con el fin de identificar y evaluar los factores asociados al agua de beber que pueden presentar riesgos para la salud.
Lo anterior derivado de la presencia de contaminantes de origen bacteriano y de contaminantes químicos con concentraciones que excedan los límites permisibles establecidos en la normatividad vigente y derivado de ello solicitar la intervención de las Instancias responsables de la dotación de agua potable.