Un joven estudiante universitario de Osaka (Japón) robó un Nissan GT-R de un estacionamiento, cambió las placas por las del coche de su madre, se inscribió en una carrera de la Federación Japonesa de Automovilismo y acabó la prueba en primera posición.
Eso sí, las autoridades locales no han tardado en enterarse y el protagonista se enfrenta ahora a cargos por el robo del deportivo japonés y de otros vehículos de altas prestaciones que supuestamente sustrajo con anterioridad.
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