El corazón de la ciudad guarda entre sus calles joyas arquitectónicas que muestran la historia del municipio, ejemplo de ello es la casa Toledo, una construcción que data del Siglo XIX.
Esta vivienda, ubicada en la calle 16 de septiembre, anteriormente conocida como calle Del Águila, luce majestuosa después de haber sido restaurada por jóvenes arquitectos de Irapuato.
La llamada casa Toledo, se identifica por contar con una fachada en color rojo, como la frutilla típica de la ciudad y molduras en Art Decó, que la convierten en una casa única.
De acuerdo a datos encontrados en el Archivo Histórico Municipal, fue en 1901, cuando Julián Toledo Padre adquirió la propiedad por 400 pesos duros de plata, en la que vivió junto a su familia hasta su muerte.
Con la ayuda de Estanislao Prieto, reconocido mosaiquero de la época, la familia Toledo intervino la vivienda, colocando en sus muros acabados en pasta de cemento que, a la fecha, se conservan casi intactos.
Eduardo Garnica, arquitecto y colaborador en el Archivo Histórico, compartió algunos datos encontrados sobre la historia de esta casona.
“Encontramos el protocolo de los testamentos donde compran la casa, ahí sabemos que es del siglo XIX la casa, cómo pasa a manos de la familia Toledo por 100 años, hasta que se vende muy recientemente”, detalló.
Esta vivienda cuenta con una escalera de caracol con detalles en Art Decó, dos plantas, dos patios internos y uno trasero, habitaciones y baños únicos.
En el primer patio, se ubican dos lapidas, una de Julián Toledo padre y otra de un menor de seis años, de nombre Eduardo Toledo Rivera.
Tras varios años en estado de abandono, la casa Toledo y la vivienda adjunta, que tras la desaparición del Mercado Aquiles Serdán fungió como negocio para la venta de harina y azúcar, también intervenida por dos jóvenes de la ciudad entre ellos Rafael Medel López, restaurador.