Partiendo de que la vida es corta… muy corta es necesario aprovecharla al máximo. Si el promedio de vida del mexicano es de setenta años… y tienes treinta y cinco, déjame decirte que estás en la cumbre de tu vida… y físicamente, va pa´abajo. Claro, ojalá y fuéramos eternos o mínimo que viviéramos unos cien años. Pero precisamente eso es lo más incierto de los seres vivos… no tenemos idea de cuándo vamos a morir.
A medida que pasan los días, los meses y los años… estos van acelerando la velocidad, por lo menos eso es lo que percibimos. El tiempo ya no nos alcanza PARA NADA, y siempre andamos a las carreras, lo peor del caso que siempre dejamos nuestros asuntos “para mañana”. Los meses pasan a la velocidad de la luz y los días ni siquiera los vemos.
Entonces… ¿qué hacemos para ganarle tiempo al tiempo?. Es muy sencillo. De hecho hay que aplicar dos métodos infalibles. El primero: No pierdas tu tiempo. Se dice fácil, pero luego nos encontramos al vecino y nos ponemos a “echar chisme”. Prendemos la compu o navegamos en nuestro cel y nomás andamos pendejeando, buscando en qué entretenernos. Vemos una nota, una foto, un video, un chiste, y sin querer, ya le “invertimos” al menos un par de horas. Y súmale la flojera, el cansancio, la procastinación… y llevamos cuatro horas diarias. Tu tiempo es muy valioso. Inviértelo en cosas positivas. En algo que realmente te deje algo de provecho, algo en lo que puedas sacar ventaja en tu vida. Esto es lo más sencillo. Solamente tienes que hacerlo de una manera consciente… y ¡listo!.
La otra, la segunda es más divertida. Hagamos de nuestra vida un proceso de calidad. De mejora continua. Se requiere ser muy disciplinado, pero créanmelo que vale la pena. Todos los días hacemos acciones repetitivas. Nos despertamos, nos bañamos, nos cambiamos, nos trasladamos a la escuela o al trabajo. Ahí tenemos otras actividades. Comemos, nos relajamos un rato, cenamos, dormimos. En ese inter, obvio cada persona tiene sus particularidades.
A qué voy… les pondré un ejemplo. Si en las mañanas siempre nos peleamos con nosotros mismos por no encontrar las cosas, ya sea la pasta de dientes, los zapatos, la tarea, las llaves, el uniforme, el gafete… es porque somos un poco desordenados. Si nosotros mismos le damos un espacio a cada una de los objetos que usamos TODOS los días, nos vamos a estresar menos y vamos a ganar unos segundos, tal vez minutos en nuestras vidas.
Parece una cosa de risa, pero créemelo, así nos pasa a muchos. Si en la pared ponemos un chinga´o clavito y cada que lleguemos colocamos ahí las llaves, jamás perderemos la pin… llaves, jamás.
Si lo que hacemos de manera metódica, lo hacemos PLANEADO, los resultados son sorprendentes. Por poner otro ejemplo. Si dejamos los zapatos boleados desde la noche, y aparte los calcetines sobre los zapatos. El uniforme doblado en una sillita al lado de la cama. La toalla en el baño, el cepillo de dientes y la pasta en el lavabo. El rollo de papel y el jabón y shampoo en donde deben de ir. El gel, la alaciadora de pelo, el spray para cabello, o la diadema en el lugar que le corresponde… diario, diario, diario, diario… no nos va a “mortificar” porque en menos de diez minutos podemos estar listos, bañados y cambiados.
Y en buena onda… ¿para qué ahorrar tiempo? Muy fácil. Porque eso nos da tiempo para hacer lo que más nos gusta, y no perder el tiempo en escoger el color de la camisa, o ver que se le cayó un botón, o que el pantalón ya no nos queda, o que la blusa tiene una mancha.
No por nada, los grandes genios de todos los tiempos, tienen en su guardarropa todas las camisas y todos los pantalones del mismo color. Porque su mente está para cosas más importantes que en perder el tiempo decidiendo que color de camisa se van a poner. Simplemente todas son iguales. Mentalmente es una liberación como no tienen idea. Has de decir… vestir todos los días igual ¡qué weba!, pues sí… pero ellos tienen más tiempo, y el tiempo es oro.
Si a todo esto, le agregamos, que cuando dominamos y nos divertimos, nuestros procesos de organización de nuestra vida personal… cada vez podremos mejorarlos, hacerlos más sencillos, más prácticos, y eso nos hará ser millonarios en cuanto a nuestro tiempo. Y si a esto le agregas CREATIVIDAD… ¡Uffff, déjame decirte MAESTRO!.
Los saleros deben tener sal, el exprimidor de limones en el cajón que tiene que estar, los calcetines en su lugar.. los limpios y los sucios. Los rastrillos que no sirvan a la basura… todo lo que no usamos durante un año, o lo escondes, o lo tiras, o lo regalas o lo vendes. Acumular chingaderitas por aquí y por acá… por el recuerdo, por el amor, porque me lo dio el presidente, o el Papa, o mi novia (de hace treinta años)… ¡A la basura! O a un museo… o tómale una foto y haz de cuenta que lo tienes… pero YA NO lo tienes.
No crean que soy ciento por ciento así. Estoy en proceso. Procuro que los saleros tengan sal… y no andar buscando la bolsa de sal cuando ya estoy sentado comiendo. Me irrita, en serio, me irrita. Estoy en proceso. Algunos los estoy mejorando… otros apenas los estoy implementando… y les digo algo… ¡me funcionan!. Espero que también a ti te sirvan para mejorar un poco tus tiempos de vida… de todo corazón te regalo estos consejos. Espero, que el tiempo que le hayas dedicado a esta lectura, sea totalmente para tu beneficio… y que le saques la mejor ventaja a cada segundo de tu valiosa vida.
Yo soy D´Vinci… no pretendo convencerte, es simplemente mi opinión. Recibe un fuerte abrazo, y aquí estoy listo para contestar todos sus comentarios. Porque tan valioso es el tiempo de comentar… como el de contestar. ¡Hasta la próxima!