Julio César Chávez Jr., conocido como el “Hijo de la leyenda”, tuvo que cargar con el peso de llevar el nombre del que para muchos es el mejor boxeador mexicano en la historia, un ídolo que se ganó el cariño de los fanáticos con peleas memorables.
Sin embargo, el que estaba destinado a ser el heredero de sus glorias nunca pudo dar el salto de calidad en el boxeo, en una carrera manchada por drogas e indisciplina que lo dejó solo en eso: el hijo de una leyenda.
Tras abandonar su hijo el campamento en Big Bear este fin de semana, donde preparaba su combate del 30 de abril ante Badou Jack, JC Chávez se mostró muy molesto.
“Ya no puedo tapar nada. Si este muchacho, que es mi hijo, sigue con esa indisciplina, con esa irresponsabilidad que tiene, le deseo que mejor se retire, que no peleé”, dijo Chávez padre en un programa deportivo.
“Estoy preocupado porque este muchacho quiere hacer las cosas a su manera, entrenar a la hora que él quiere, hacer lo que él quiere y no se vale”, continuó. “Yo ya no puedo con este muchacho, estoy decepcionado de su apatía, de su indisciplina. Ya no sé qué hacer”.
JC Chávez Jr. viene de pelear en julio del año pasado ante Marcos Reyes, una pelea que se llevó por decisión unánime con polémica por las tarjetas de los jueces.