Guanajuato, Guanajuato
“En busca del Sr. Jenkins. Dinero, Poder y Gringofobia en México” del periodista inglés Andrew Paxman, es un libro de historia sí, pero también un exquisito vistazo a las élites políticas y económicas de las décadas de los 50 y 60 en México, cuando William Oscar Jenkins era el norteamericano que los mexicanos más odiaban.
Así quedó de manifiesto durante la presentación del citado texto en el Salón de Actos de la División de Derecho, Política y Gobierno (DDPG), convocado por los cuerpos académicos de la Maestría en Historia y de Estudios Históricos y de Democracia, Sociedad Civil y Libertades; de los Departamentos de Historia y de Estudios Políticos.
El libro fue presentado por el Dr. Carlos Román Cordourier Real, Director del Departamento de Estudios Políticos de la DDPG y el Dr. Gerardo Martínez Delgado, del Departamento de Historia de la División de Ciencias Sociales y Humanidades.
El Dr. Cordourier celebró del texto no sólo el atinado retrato de este “enigmático personaje” y “villano favorito” sino la exposición de muchas realidades mexicanas, como la complicidad del sector empresarial y la clase gobernante independientemente de la orientación ideológica, la aplicación selectiva de la ley, la cultura de corrupción y de privilegios, así como la atípica filantropía mexicana, sobre la que siempre hay sospechas que se usa para la evasión de impuestos.
Por su parte, el Dr. Martínez Delgado se refirió a los muchos temas que se exponen en las 600 páginas del libro, que se cocinó tras 20 años de investigación minuciosa y habla no sólo del personaje central y su leyenda negra, sino del México del siglo XX.
Una fascinante historia de anécdotas
En su turno, Andrew Paxman, también coautor de “El Tigre: Emilio Azcárraga y su imperio Televisa”, reveló que en los primeros años de la década de los 90, mientras trabajaba como reportero en “The News” en la ciudad de México, un viejo estadounidense le sugirió que escribiera sobre expatriados de su país, y le contó “una fascinante serie de anécdotas” sobre uno de los hombres más ricos y poderosos de México, “a pesar de haber llegado prácticamente sin un quinto”.
Entre ellas, le dijo que Jenkins radicó en Puebla, donde supuestamente organizó un auto secuestro y luego utilizó su rescate para construir su fortuna, contrató a pistoleros para acosar a sus vecinos propietarios y convencerlos de vender sus haciendas, para lo cual su pistolero de mayor confianza fue Gabriel Alarcón, con quien mantuvo después una cadena de cines y junto con el otro socio, Espinoza, controlaron el monopolio de la industria cinematográfica.
Jenkins, quien fue amigo cercano del presidente Manuel Ávila Camacho y cuando murió donó todos sus millones a la beneficencia -aunque se dice que su testamento fue falsificado- fue tachado públicamente de “imperialista, latifundista, capitalista, monopolista, explotador, gangster, hijo de la…”
Así lo relató Paxman, quien reveló que cuando comenzó a investigar, más y más se interesaba, porque al parecer el presunto auto secuestro fue real y se maquilló por el gobierno mexicano, entonces se preguntó qué más habría; además en ese momento –los 90- se maquinaba ya la firma del Tratado de Libre Comercio y la “gringofobia”, pero también la “gringofilia”, estaban en el ambiente.
Observó que la “gringofobia” es la herramienta retórica que han utilizado los políticos mexicanos desde hace más de un siglo para tratar de orientar a las masas y consolidar sus propias bases, y ahora que viene el nuevo gobierno de EU, sería muy fácil tachar a la mayoría de los norteamericanos como racistas, e incluso ya se prevé que habrá políticos que explotarán esa faceta en la contienda electoral del 2018.
Pero este es un libro de historia, dijo, cuya época principal abarca los años 1878 a 1963, aunque tiene temas de relevancia actual, como el capitalismo “de cuates”, es decir la interdependencia entre élites empresariales y élites políticas, como fue el caso de Jenkins en su época, quien se dice financió campañas por intercambio de favores como prácticas monopólicas, cooptación de sindicatos, el uso de guardias blancas y pistoleros armados.
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