“Porque la virgen se los pidió”: el atroz crimen en la comunidad “El Calabozo” de Pénjamo

Los hechos ocurrieron hace ya casi 20 años; ocho adultos fueron condenados, mientras que otro fue enviado al hospital psiquiátrico

Pénjamo, Guanajuato.- Casi dos décadas han transcurrido desde que una familia ofreció a dos de sus hijas en un sacrificio ritual, en la comunidad “El Calabozo” de Pénjamo, atribuyendo la orden a la supuesta aparición de la Virgen de Fátima, con el objetivo de combatir fuerzas malignas, dejando un manto de misterio sobre lo acontecido en aquel terrorífico día.

Aunque las autoridades encarcelaron a los perpetradores para cumplir condena por el horrendo crimen, las incertidumbres persisten sobre los eventos que tuvieron lugar en aquel remoto paraje. Oficialmente, se declaró que el asesinato de las dos niñas, una de 13 años y la otra de apenas seis meses, fue el resultado de un delirio colectivo exacerbado por el consumo de sustancias psicoactivas. Sin embargo, con el paso de los años, los convictos continuaron afirmando haber sido testigos de presencias demoníacas merodeando entre los barrotes de la cárcel.

Según testimonios de abogados y funcionarios del sistema penitenciario que estuvieron vinculados al caso, los condenados no solo persistían en sus visiones de entidades indescriptibles que los atormentaban, sino que también reportaban la presencia de un perturbador “olor a azufre” en las instalaciones carcelarias.

La versión oficial ofrecida por las autoridades apenas convenció a unos pocos. La Fiscalía de Guanajuato concluyó que el trágico suceso se debió a un episodio de alucinación colectiva que culminó en el sacrificio de las niñas. No obstante, los lugareños de comunidades como “El Tigre” y el mismo “Calabozo”, cercanas al lugar del crimen, se mantienen alejados por temor a lo que describen como sombras en movimiento, lamentos infantiles que sacuden las montañas y la supuesta manifestación del diablo.

Incluso aquellos que participaron en las operaciones de rescate, agentes policiales y periodistas que presenciaron los hechos, admiten la posibilidad de fenómenos sobrenaturales, por más extravagante que suene.

La tarde del 5 de diciembre de 2005, un hombre alertó a la Policía Municipal de Pénjamo sobre un macabro suceso entre las montañas limítrofes con Michoacán y Jalisco, donde un grupo de personas en trance había perpetrado el infanticidio. Solo la intervención de un vecino, que escuchó los desgarradores gritos a lo lejos y corrió kilómetros en busca de ayuda, permitió que la pesadilla de locura fuera conocida.

Otros testimonios dicen que “todo fue por dinero”, según cuentan, fue planificado por una “hechicera” de la región que se enteró que uno de los familiares tenía mucho dinero guardado bajo el colchón, el plan era llevar a la familia a la catarsis y terminaran matándose entre ellos. El objetivo, llevarse el dinero.

Aunque diversas versiones de los hechos circulan entre los habitantes de este municipio, lo cierto es que ocho adultos fueron condenados a largas penas de prisión, entre 27 y 55 años, mientras que otro individuo fue recluido en un hospital psiquiátrico. Las autoridades lograron rescatar con vida a 11 menores, aunque el trauma de aquella jornada continúa resonando en la memoria colectiva de la región.

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