Irapuato, Guanajuato.- Bajo un techo de lámina, sobre un piso de tierra y paredes cuarteadas es como vive la familia de Azucena Zavala, en la colonia Ampliación Bellavista; es empleada doméstica y su esposo albañil quienes tienen que ingeniárselas para subsistir.
En su mesa no hay carne de ningún tipo, pues salario y el de su esposo sólo les alcanza para comer huevo y frijoles. “Ahorita una carne, un pollo pues no, ahorita lo más necesario el huevo, frijoles, chile”, dijo Azucena.
La casa donde viven es rentada, pagan 500 pesos al mes más servicios de agua y luz; sólo tienen una cama y un mueble que separa la cocina de la recámara. Azucena es madre de varios hijos, aunque sólo uno de 17 años es el que vive con ella pues ya los demás se casaron aunque siguen apoyando económicamente a los demás.
Las condiciones en las que viven son precarias y de pobreza, no cuentan con el servicio de agua potable, sólo una vez por semana Japami les llena un contenedor y tres barriles y con eso tienen que lavar, bañarse o las actividades cotidianas pero si no les alcanza tienen que pagar 150 pesos a una pipa para que les llenen de nuevo los tres barriles.
Esta colonia ubicada al margen del río Silao en las faldas del Cerro de Arandas, es una de las “olvidadas”, comentaron los irapuatenses, pues tan sólo basta caminar por las calles para observar que ninguna de sus calles están pavimentadas, en algunos puntos no hay alumbrado público, y otros no tienen servicio de agua potable porque desde hace 4 años durante las trabajos del Cuarto Cinturón Vial que se construye a un costado de sus casas afectaron las tuberías, acusaron.
“Tantos destrozos que hicieron aquí…cuarteaduras, nomás dijeron sí vamos a arreglarlas pero nunca vinieron”.
Cada vez que llueve, el agua entra por las goteras al interior de su casa y el suelo se vuelve lodo ya que el agua escurre del cerro, así es como vive una de las tantas familias en la colonia Bellavista.