Guanajuato, Gto.- Alma Alcaraz, candidata de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) esta vez vistió de un solo color y le levantó la mano a Jorge Antonio Rodríguez Medrano.
En el fin de una semana con cuatro asesinados allegados a Morena, dos de ellos padres de personas candidatas, con la guerra sucia entre aspirantes a la presidencia municipal, con la exclusión de aliados
Las y los guanajuatenses dividieron su ánimo entre quedarse a ver la final del futbol mexicano o acudir a un acto a un lugar que al principio de la campaña había llenado la candidata del Partido Acción Nacional, Libia Dennise García Muñoz Ledo, con sus microaliados del Partido Revolucionario Institucional y Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Rodríguez Medrano mostró la fuerza como anfitrión y echó la casa por la ventana para hacer lucir a la explanada de la Alhóndiga de Granaditas como en sus buenos momentos de Festival Internacional Cervantino (FIC). Lo cobijaron la dirigencia morenista y su aliado local, Julio César García Sánchez, el experredista ligado a Emmanuel, diputado federal y distinguido miembro de la Iglesia de la Luz del Mundo.
No podían esperar a Ricardo Sheffield: perdió la plaza y su principal alfil, Roberto Loya, se regresó al PAN.
Fue a él, quien hace menos de seis meses se integró a Morena, quien abrió la tanda de oradores. Su mensaje final fue en torno a lo que calificó como guerra sucia en su contra, a la que interpretó como una evidencia de que sus adversarios panistas “están desesperados”. Recitó una retahíla de proyectos y prometió transparencia y honestidad.
Ernesto “Tito” Millán, candidato a diputado local por el distrito 8, y Francisco Estrada, candidato a diputado federal, continuaron con el rosario de compromisos para hacer tiempo en lo que llegaba la estrella de la noche: Alma Alcaraz.
Espaldarazo a Medrano
La masa popular morenista se quedó con Rodríguez Medrano; la mayor parte de morenistas del reducido mundillo cultural y académico se fueron con Paloma Robles Lacayo y Roberto Saucedo Pimentel.
Por eso la fiesta fue sólo guinda y, para refrendarlo, Alma Alcaraz insistió una y otra vez en mostrar su apoyo al empresario repostería y de la televisión por cable.
Alma inició con su pasión y monotema de sus tiempos de diputada: la seguridad pública. Que tendrá 12 mil policías estatales, que bajará en un 50 por ciento los homicidios, que correrá al fiscal Carlos Zamarripa y al secretario Álvar Cabeza de Vaca, que dará facultades de investigación a los policías, que copiará el modelo de seguridad de la ciudad de México y se coordinará con Claudia Sheinmbaum.
Indicó que haría equipo con la Sheinbaum y ya no habría pleitos como el del gobernador Diego Sinhue con “el mejor presidente del mundo”. El “¡Es un honor estar con Obrador!” se alternó con el “¡Es un honor estar con Alama hoy!” resonaron en la explanada.
También prometió ayuda económica a las mujeres: tres mil pesos bimestrales en un bono universal y llevado a la constitución
Acusó a la Universidad de Guanajuato de dar preferencia a estudiantes de otros estados y que por eso construirá diez universidades del bienestar y una estará en la capital. El resto se distribuirá en los municipios más pobres del sur y el norte del estado. Agregó que habrá más becas a estudiantes y construirá más preparatorias.
En materia de salud, criticó al sistema estatal porque, dijo, tardan cuatro meses en atender a las personas y no tienen medicamentos. Por eso prometió construir dos hospitales más de alta especialidad y muchas clínicas médicas, así como dotar de ambulancias a la gente de las comunidades.
También prometió un tren rápido intermunicipal, que saldría de León, seguiría por Silao, Guanajuato, Irapuato, Salamanca y Celaya hasta terminar en Apaseo el Grande. Un tren rápido con la calidad del Tren Maya (que no es rápido).
Respecto a la escasez de agua, dijo que como gobernadora se sumaría al plan hídrico de Claudia Sheinbaum.
Ya estaba cansada. El América le ganaba al Cruz Azul y la Sonora Dinamita estaba puesta para el que siguiera el baile que al principio del mitin se había manifestado.
Fiel a su pasado panista, la candidata morenista se despidió al estilo de sus adversarios blanquiazules: “muchas gracias y que Dios los bendiga”
Y empezó el baile. Morena mostró músculo y atiborró a al lugar políticamente más emblemático de la capital.
Rodríguez Medrano no usó camisa de campaña: lució saco y corbata, como cuando dirige su noticiario.
Paloma y Pimentel hicieron su campaña en redes digitales.