Hace algunos días, por este mismo medio, redacté una reseña sobre el libro “El Gran Gatsby” de F. Scott Fitzgerald (editada en Estados Unidos en 1925) como una referencia literaria obligada dada la expectación que se creó ante el estreno de una nueva versión cinematográfica, en esta ocasión protagonizada por Leonardo DiCaprio (Jay Gatsby) , Tobey Maguire (Nick Carraway), Carey Hannah Mulligan (Daysi) y Joel Edgerton (Tom Buchanan) la cinta fue estrenada en nuestro país este fin de semana.
Esta película vino al mundo en medio de una gran campaña publicitaria, trailers plagados de brillo y sensualidad, programas especiales sobre su rodaje y un manejo masivo de imagen resultaron ser fulgores resplandecientes que lograron encender curiosidades.
Cuando tuve el placer de leer la novela pensé que mi capacidad imaginativa había sido diezmada por la mercadotecnia que acompañó el lanzamiento de la cinta, pero al ver el filme completo me puede dar cuenta que no fue así, que no cunda el pánico, de ninguna manera haré comparaciones con la novela, sólo debo decir que la adaptación es magnífica.
Por un lado nos muestra la elegancia de los años 20, el inicio de la liberación femenina, el calor del Jazz y el glamour que siempre ha desbordado la Gran Manzana y por otro nos da una siempre bien recibida historia de amor. Iniciamos la narración de la cinta con la gran incógnita, quién es Gastby y en el recorrido se va revelando el misterio hasta llegar a entender que Jay Gastby no es más que un hombre obsesionado con una ilusión romántica nacida en el pasado, pero que encuentra cruel e insensible en la realidad de su presente, dejándole al personaje como al espectador un profundo vació en el alma.
Desgraciadamente la película no logra concretar la unión de estas dos partes. La diversión, el glamour y el brillo desvanecen junto con los sueños de Gatsby en la dinámica de la historia; creo que la ruptura narrativa se da por QUIÉN cuenta la historia, es ahí donde se pierde la conexión entre lo que se nos cuenta y en lo que, como público, concebimos desde un principio, esto pasa porque Nick Carraway es el personaje que nos lleva a la historia de otro, su visión es limitada y este relato es una interpretación de lo que vivió, sintió y creyó como testigo, él conoce algunas motivaciones, interpreta lo que sucede y así es como nos lo comparte. De alguna manera es como si estuviéramos viendo cómo se va consumiendo una vela.
La producción de esta cinta obviamente se centró en maravillar al público de la misma manera en que el personaje principal trataba de maravillar a quienes asistían a sus exóticas fiestas, crean una nube radiante alrededor de las pasiones humanas, muestran la grandeza de una nación en crecimiento y al mismo tiempo dejan entrever el desencanto de la indolencia ajena.
Algunos puntos que es imposible dejar de mencionar son el maravilloso y colorido vestuario utilizado sobre todo en los personajes femeninos, ese toque de color sobre una época que siempre imaginamos en blanco y negro es un exquisito regalo de una moda que esperemos regrese pronto; la banda sonora es excelente, ya que al tratar de fusionar el pasado con el presente, musicalmente hablando, se da lugar a interesantes propuestas para quien gusta de escuchar, resulta épica la primera imagen de Jay Gastby con el fondo de Rhapsody in Blue; las actrices que encarnan a los personajes son más que adecuadas para la imagen de la época y las locaciones utilizadas colman en gran medida las exigencias que ocupa la historia, resultando todo esto en una gran experiencia visual.
Las actuaciones son buenas, y aunque algunas personas difieran creo que Leonardo Di Caprio es muy buen actor, sobresaliente es también el trabajo de Joel Edgerton en el papel de Tom Buchanan, se gana el odio del público.
Vean esta nueva versión del Gran Gatsby, disfruten del arte que propone la cinta, gocen la banda sonora y gusten de una propuesta muy fresca, construyan su propio vínculo con la historia porque afortunadamente para nosotros los espectadores sólo nos toca sentarnos, disfrutar, vivir y suspirar.
Pero háganse un favor, no la vean en 3D, este formato no ayuda en nada la apreciación de la película.