Guanajuato, GTO.- Él tenía 29 años. El sábado 14 de diciembre, por la mañana, Alberto manejaba una camioneta Nissan NP300 por el libramiento de las Teresas. Llevaba consigo a su bebé, de 11 meses de edad. La vialidad es casi recta, pero de bajada. Algo pasó: algún descuido, una falla mecánica, el exceso de velocidad. El destino fue que cayeron unos 30 metros. El vehículo giró.
Al lugar llegaron la motobomba 8802 y la ambulancia R3 y la unidad rescate vertical 8817, del Heroico Cuerpo de Bomberos de Guanajuato, a cargo Cristian González, Eduardo Lira y Geovanni Segovia, respectivamente, a atender el rescate.
Encontraron una camioneta Nissan Np 300, volcada, caída a una hondanada de unos 30 metros. Al descender hacia el vehículo, los rescatistas encontraron a la nena, que estaba lesionada, con severos golpes en su cabecita. Salvó la vida gracias a que se encontraba en un portabebé colocado en el asiento trasero del vehículo.
Continuaron con la búsqueda y metros adelante encontraron entre la maleza a un hombre. Al revisarlo comprobaron que había fallecido debido a que salió de la camioneta y se golpeó contra el agreste suelo.
El accidente ocurrió en las inmediaciones del Charquito de San Juan. El conductor, de oficio comerciante, perdió el control del volante, dijeron los peritos, por lo que la camioneta cayó fuera de la carretera.
La otra tragedia
La muerte del comerciante se había convertido en estadística para la prensa de nota roja. Fue un fin de semana con varios decesos por percances viales y en carretera. La foto de un rescatista que cargaba a la niña fue lo único que rompió la rutina de las publicaciones especializadas en ese tipo de periodismo.
La foto, tomada por elementos de la corporación, fue retirada, pero ya había sido publicada. Quizá eso contribuyó a que la tragedia iba a seguir: este viernes, la madre de la niña decidió también partir. No existe información exacta sobre el estado de salud de la niña, sólo que la mujer optó por alcanzar al hombre.
Pudo ser un acto de desesperación o un acto de amor. La partida de la mujer se inserta en otro fenómeno social e histórico: en la época navideña aumentan los casos de personas que deciden tomar el destino en sus manos y por sí mismas dejar el mundo material.
