Irapuato, Guanajuato.- “No me duele nada, pero me siento mal”, fueron las palabras de una mujer que padece de depresión, ansiedad y que al igual que otras pacientes no logran entender porqué no tienen ganas de nada.
La depresión no siempre está marcada con llorar, más bien con querer dormir mucho y no tener contacto con nadie, estar irritado y no querer vivir.
Para María estar en depresión ha sido tan complicado que a la fecha no sabe qué hacer, pese a que tiene tratamiento psiquiátrico, psicológico y espiritual.
“Todos me dicen que saque lo que siento, que cambie los alimentos, pero no puedo, ya saque todo que más quieren, no siento nada, sólo no quiero hacer nada, tiemblo”, dijo la mujer de 64, que no quiere mencionar como se llama y otros datos, porque dice que no siente que alguien quiera saber qué le pasa, incluyendo a sus hijos quienes no la entienden.
La irapuatense lleva varios años con diversos tratamientos, entre ellos medicamentos como el Clonazepam que le ha generado que sea dependiente y que ahora sea muy complicado dejarlo.
Al igual que ella, Juanita tuvo un episodio de mucha tristeza, situación que le dio por llorar “fui al internista, al neurólogo, mis hijos me dijeron que no me hiciera la tonta, ya me da pena molestar, pero no sé que me pasa”.