Por Gabriel Piña.
Irapuato, Guanajuato.- La atención en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Irapuato se encuentra bajo severas críticas tras el caso de una mujer que intentó ingresar al hospital con síntomas de infarto y enfrentó una serie de obstáculos para recibir la atención médica necesaria.
José Roberto, el hijo de la paciente, relató que la emergencia comenzó a las 6 de la tarde. El primer obstáculo fue la ausencia de ambulancias disponibles, lo que los obligó a contratar una ambulancia privada por 3,000 pesos para trasladar a su madre al hospital. Al llegar a la clínica del IMSS, se encontraron con que el personal no quería admitirla debido a la falta de espacio en las instalaciones.
Dado que la señora llegó en una ambulancia privada, uno de los paramédicos de dicha ambulancia se enojó y discutió con la enfermera en turno para que atendieran a la mujer. Finalmente, el paramédico logró que la paciente fuera ingresada a terapia intensiva. Sin embargo, la familia no recibió ninguna actualización sobre el estado de salud de la paciente hasta después de las 12 del mediodía del día siguiente, más de 15 horas después de su ingreso.
Los familiares expresaron su frustración y preocupación por la falta de comunicación del hospital. “Esperábamos recibir alguna respuesta por lo menos a medianoche, pero no nos informaron nada”, comentó José Roberto.
A la medianoche, el personal del hospital pidió a todos los visitantes que se retiraran, indicando que trabajo social no quería a nadie dentro del área de espera. La madre de José Roberto ha sido derechohabiente de la institución por más de 40 años.
Además, pacientes y familiares han señalado que algunas personas reciben atención sentados debido a la falta de camas y espacio adecuado en el hospital. La situación ha generado indignación entre los derechohabientes, quienes consideran que el servicio no está a la altura de las contribuciones que realizan.
La demora en las respuestas y las políticas del hospital de priorizar únicamente a pacientes en código rojo ha dejado a muchos esperando en situaciones críticas o con dolores intensos.