Guanajuato, Gto.- Durante las últimas semanas, la capital del estado se ha convertido en escenario de actos masivos con careta de actividad gubernamental, tanto estatal como municipal. Este fin de semana su precandidata, Libia Dennise García Muñoz Ledo, acudió a cosechar esa semilla de proselitismo desde el presupuesto. Y mostró músculo blanquiazul en una plaza que toman como emblemática.
El Auditorio del Estado se ha convertido en los recientes meses en espacio para que el Poder Ejecutivo salga a salvar excesos mediáticos de un presidente municipal al que le gana la boca. El DIF municipal realiza actividad tras actividad y es la dependencia municipal a la que más boletines le hacen. Por eso lo más constante ahora es que sea la eterna candidata a la alcaldía, Samantha Smith, la que lo represente en la mayoría de actos oficiales.
Libia Dennise fue a lo suyo, a bañarse de pueblo y a poner a sus órdenes a la pléyade de aspirantes a la presidencia municipal: Samantha Smith, Juan Carlos Romero Hocks y Margarita Rionda.
La “pre” candidata comió en la Plaza de Gavira y saludó a militantes y simpatizantes del Mercado Hidalgo. No es un asunto anecdótico ni carente de significado: son los dominios de Roberto Loya, el expanista que se cambió al Partido de la Revolución Democrática (PRD) para ser candidato a la presidencia municipal y vuelve a aspirar al cargo, pero ahora por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Tampoco Loya es morenista del montón: es uno de los alfiles de Ricardo Sheffield, el expanista del ultraderechista Yunque que ha mostrado ser uno de los más poderosos hombres de la 4T en la entidad.
Hecha la travesura, Libia caminó hasta la Plaza de la Paz en donde tuvo un encuentro con miles de panistas. Ahí soltó su discurso de rigor:
“El panismo de Guanajuato está vivo y está unido y que escuchen fuerte los que quieren venir por este estado, aquí estamos los hombres y mujeres que vamos a defender lo que tanto trabajo nos ha costado construir”.
Cada palabra de esta frase tiene también un sentido político: “está vivo y unido”. Debe recalcarlo ante el riesgo de aumento de deserciones y en una plaza donde las patadas suenan por debajo de la mesa.
La Plaza de la Paz llena estuvo cubierta por militancia y simpatizantes panistas aportados por los locales. Alejandro Navarro y esposa cumplieron con llevar la ofrenda de rigor. Porras y cantos, banderas por doquier en un espacio público tomado para lo que es oficialmente un proceso interno partidista.
A Libia le salía lo poeta:
“Desde esta emblemática Plaza de la Paz de nuestro querido Guanajuato capital, en este
que es el Patrimonio de la Humanidad y que es la ciudad más bonita del mundo, que
desde aquí retumbe y suene fuerte, que nuestro corazón está latiendo más fuerte que
nunca”.
Samantha y Margarita cumplieron su papel, una de representante del modelo familiar panista en el municipio y la otra con el pretexto de ser la diputada local guanajuatense. El tercero en discordia tuvo su detalle:
Juan Carlos Romero Hicks puso la mano derecha en el hombro izquierdo de la “pre” candidata. Ella mostró su incomodidad con la mirada y aprovechó para levantar un niño y acabar con esa escena donde el diputado federal mostró dominio sobre ella (al menos eso dicen los videos subidos a “X”).
Libia agradeció el apoyo de sus correligionarios y les pidió sumarse a su campaña. Aprovechó que había una bandera de la diversidad sexual y le dio giro a su mensaje: “vamos a trabajar por un Guanajuato donde nadie se quede atrás, donde todas y todos estemos incluidos, donde todas las personas sean tratadas con el mismo respeto. Vamos a trabajar por un Guanajuato en donde todas y todos podamos cumplir nuestros sueños”.
Le acompañaron el Presidente Municipal de Guanajuato, Alejandro Navarro y su esposa Samantha Smith; también el Diputado Federal, Juan Carlos Romero Hicks y diputada local, Margarita Rionda; así como el Presidente del Comité Directivo Municipal del PAN, Víctor de Jesús Chávez.
Oficialmente, Libia es también precandidata del PRD y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). No hubo presencia de una pizca de ellos. Todo fue azul en la fría tarde sabatina de una ciudad que es más símbolo.
