Abasolo, Guanajuato.- “Javier, el loco, el amigo, el padre, el bombero, el hijo, el hermano, aún después de tu muerte ayudas a otros donando parte de ti mismo para salvar otras vidas, Dios te bendiga y te reciba en el cielo” fueron las últimas palabras de su hermano Alfredo Manríquez, al despedirse de Javier.
El Abasolense Javier Manríquez, quien nunca dudó en cuál era su misión que tenía que en esta vida terrenal, trascendió a la vida eterna como un héroe que siempre fue, al brindar esperanza de vida a otras personas que están a la espera de un órgano para mejorar su salud, pues Javier se convirtió en su donador, deseo que en vida externó a sus familiares por si algo le llegaba a suceder.
Javier era bombero, guerrero luchador y salvador de vidas ajenas, e impulsor de la salud, pues él disfrutaba cada momento con la esperanza de vivir tiempos mejores por la pandemia del Covid-19, ya que en sus redes sociales, siempre estuvo haciendo conciencia entre las personas de la importancia de cuidarse con el cubrebocas y de quedarse en casa.
Javier recibió alas el día de hoy camino a la eternidad, donde el amor será el lazo que siempre lo mantendrá unido a sus familiares y amigos.
Así mismo, el día de hoy varias personas recibirán el órgano que han estado esperando para comenzar una nueva oportunidad de vida, gracias a tan preciado regalo de Javier.