Por | Axel Chávez
Trabajando y ocupado en su oficina se encontraba,
Aquel Gobernador quien en Guanajuato laboraba,
El cual con reuniones y visitas a la calaca no distinguía.
¿A caso evitaras mi mirada?, exclamaba la huesuda,
Quien con pasos lentamente al escritorio se acercaba,
-Te invito a que acompañes a pasear,
Por algunas de las ciudades de este gran lugar.
Con asombro e intriga, el Gobernador aceptaba,
Tomando de la mano a la huesuda singular,
No tengas miedo, nada te pasara,
Exclamaba la calaca al verle temblar.
Vayamos a probar la cajeta peculiar,
La cual de Celaya no dejes pasar,
Así como si vas a Dolores,
Una rica nieve no debes desaprovechar.
Enseguida una parada inesperada hicieron,
Para un pequeño trago de tequila de Corralejo degustar,
Así como unas fresas en Irapuato probar,
Después de aquella bebida disfrutar.
Varias fueron las paradas por algunas ciudades,
En donde después de un gran trayecto,
La calaca lo volvió al lugar donde estaba,
Desapareciendo enseguida, después de exclamarle, ¡Visita el lugar¡
Dejando al Gobernador exclamando de felicidad,
Invitando a las personas a visitar el lugar.