Abasolo, Guanajuato.- Desde que era un niño, Álvaro Hurtado se dedicó a fabricar ladrillos, uno de los principales oficios en Abasolo, debido a la falta de oportunidades para estudiar, sus padres se dedicaban al campo.

A sus 50 años, Álvaro está contento con su trabajo como ladrillero, ya que es un trabajo que le permite ser independiente,  en horarios y sin recibir órdenes.

A diario, Álvaro Hurtado fabrica hasta 700 ladrillos, incluso puede hacer más y su sueldo dependerá de su desempeño.

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El abasolense, originario de la comunidad El Saucillo, le gusta su trabajo “Porque aquí anda uno trabajando libre y que nadie lo manda y si estuviera en otras fábricas…y si aquí me canso y me enfado, me voy”.

“Me gusta y lo hago bien”, refirió Álvaro Hurtado sobre su oficio, ladrillero.

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