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María Dolores Gutiérrez, tabiquera de 52 años que lleva la mitad de su vida elaborando tabiques y como ella miles de historias de repiten en el municipio.
Por Esaú González
Abasolo, Guanajuato
60 centavos por tabique, jornadas en el sol, descalzos, sin prestaciones sociales como seguro social, aguinaldo, prima vacacional o simplemente la seguridad de alcanzar la meta diaria es una historia que vive María Dolores de 52 años y miles de tabiqueros en Abasolo.
María Dolores Gutiérrez es una mujer fuerte, de esas “entronas”, porque no le teme al trabajo y mucho menos hacer ladrillos junto a sus hijos a los que ha mantenido a través de la elaboración de ladrillos desde hace 25 años cuando ingreso al mundo de los tabiques.
Postrada en un montón de tierra mojada mezclada con aserrín, sin zapatos y una gorra que la protege del sol, es la encargada de surtir los botes con esa revoltura que después es llevada a una base de madera que sirve como molde para el ladrillo, todo esto en cuestión de minutos.
María dice que las personas que se dedican hacer ladrillos usualmente se enferman de problemas relacionados a los pies, “aquí vivemos bien a todo dar, ya ven como le pagan en las empresas 120 pesos todo el día; aquí les digo a estos muchachos entre más pronto acabemos es mucho mejor, no crea es un trabajo pinche trabajosito, al otro día no miento se para uno pero cansado”.
Así como María en Abasolo existen 270 hornos tabiqueros registrados en el municipio que dan trabajo a poco más de 25 mil personas, es decir, una tercera parte de la población y que según datos que hay en el municipio existe otro tanto similar de hornos que pudieran estar funcionando de manera ilegal.
En Abasolo las fumarolas de humo son diarias y algunos de los hornos se encuentran al lado de escuelas, hospitales y viviendas, generando bastante contaminación en la atmosfera, aunque es una o la principal fuente de empleo y por lo tanto es de suma importancia contar con esos hornos, pues de ahí depende una gran cantidad de familias.
Tema político para obtener votos
La fabricación de ladrillos se ha convertido en una “bandera” para obtener votos, pues cada tres años se ha documentado el inició de las campañas políticas de los diferentes personajes que han buscado un cargo público, prometiendo un gran parque ladrillero, apoyos de vivienda, de salud, de alimentación, aunque a la fecha no se han cumplido esas promesas.
Por parte de las autoridades ambientales y de salud, no existe o al menos no se ha obtenido información documentada sobre enfermedades y casos relacionados a la confección de tabiques, ni tampoco la cantidad de emisiones y el tipo de contaminantes que producen, propiciando leyes, mejoras o proyectos que no perjudiquen a los ladrillos y por el contrario mejoren sus condiciones de vida.
“A las personas que si tienen sus estudios, les dan los guenos trabajos en las fábricas, nosotros que no fuimos a ningún lado, pues ya; tengo 52 años a mí no me dan trabajo ni en una casa. Lo que hay que saber es que hay que darles a Dios que sabemos esto” María Dolores Gutiérrez, tabiquera de 52 años que lleva la mitad de su vida elaborando tabiques.
Por Sara Garibaldi
Abasolo, Guanajuato
El mes pasado fueron clausurados 2 hornos, en las colonias Las Margaritas y Tamazula, debido a la falta de los permisos para operar; sin embargo la mayoría “sino es que todos”, trabajan irregularmente, señaló el director de Ecología y Medio Ambiente, Sergio Arturo Martínez Carrillo. Sin embargo, es una actividad de la que viven muchas familias en Abasolo.
“La mayoría no cuentan con el permiso sino es que ninguno cuenta con este permiso pero no se trata de afectarlos, se trata de apoyarlos, de estar en contacto con ellos para que ellos tengan esos permisos y no se les clausure el horno, porque si no cuentas con estos permisos, la Procuraduría (PAOT) viene a realizar sus supervisiones y es la que procedería a la clausura del horno”, explicó.
Martínez Carrillo dio a conocer que de acuerdo al último censo, en el 2016 había 270 hornos en el municipio pero este número ha ido incrementando; tan sólo en cabecera municipal hay 150 ladrilleros.
Esto debido a que ha crecido “la demanda en el ladrillo, las personas lo ven como una oportunidad de adquirir un ingreso”, dijo.
Esta es una actividad que es regulada por el Municipio, el Instituto de Ecología del Estado y la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial (PAOT), ésta última es la que se encarga de clausurar a aquellos que trabajan irregularmente.
La Dirección de Ecología se encarga únicamente de regular que cumplan con los horarios establecidos, estos son en la zona rural o no tan cerca de la mancha urbana desde las 8 de la mañana, dependiendo del clima, hasta las 2 o 4 de la tarde y los que se encuentran en la mancha urbana, cerca de escuelas o zonas habitacionales, de 2 a 4 de la tarde a 9 de la noche.
Los materiales para el proceso de cocción permitidos son la leña y combustolio; sin embargo hay ladrilleros que están utilizando materiales mucho más contaminantes no permitidos por la norma, informó el director de Ecología.
Secretaría de Salud
Cabe señalar que de acuerdo a la Secretaría de Salud en el caso de las ladrilleras como tal, no existe registro “de que genere daño directo a la población, siempre y cuando se acaten las normas de seguridad que dictan las instancias de Medio Ambiente”,
Aunque “cualquier exposición al humo, ya sea emitido por el cigarro, los coches, los camiones incluso el humo que se desprende de leña usada en muchos hogares, es dañino al largo plazo y más cuando es inhalado en un lugar con poca o nula ventilación, por lo que la única afectación con el humo de las ladrilleras es contaminación al medio ambiente”, informó la dependencia estatal.