Irapuato, Guanajuato.- El asesinato de 26 personas, en un anexo de Irapuato es la matanza más grande que se ha registrado en la historia moderna del municipio. La muerte de estos hombres ejecutados, que sin poder defenderse y arrodillarse para ser asesinadas, marca un precedente que jamás podrá ser borrado.
Por un lado, la adjudicación de la matanza se atribuye a un cartel del narcotráfico que opera en Guanajuato y a la falta de eficacia de las propias autoridades encargadas en el tema, pues esta última o últimas dependencias Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, Policía Ministerial estatal y federal, aunado a la Marina y otras dependencias al parecer se encuentran arrodilladas y a la merced del crimen organizado.
En Guanajuato, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no debe de haber protagonismo político y lo mismo el Gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, sin embargo, es lo único que han hecho y entre sus dobles discursos los guanajuatenses han sufrido todo el rigor de un gobierno federal y la soberbia de un gobierno estatal.
La realidad es que en Guanajuato es prácticamente imposible dejar de hablar de muerte, de muertos y de las causas que las originan, aquí el coronavirus, tiene poca injerencia, incluso pocos creen en la enfermedad, pues las balas entran y como efectos secundaria laceran más que un virus que incluso se ve pequeño, en comparación con los daños que hay por la inseguridad que priva en el Estado.