Abasolo, Guanajuato.- Juana Pérez Castillo, fue una destacada comerciante originaria de Abasolo, dedicó más de 30 años de su vida a vender raspados naturales cerca del Kiosko de la ciudad, construyendo así un valioso legado. Después de su muerte, sus hijos Isidro Ramírez y Lucía Ramírez decidieron continuar con lo que su madre había creado, estableciendo el negocio conocido como “Raspados los Güeros”.
“Mi madre inició este negocio y mi hermano y yo decidimos seguir sus pasos. Estuve junto a Isidro al frente de este emprendimiento durante 16 años. Lamentablemente, él falleció y ahora llevo 9 años dirigiéndolo yo solita”, explicó Lucía.
Lucía compartió los recuerdos de su hermano, describiéndolo como un gran hombre con quien formó un equipo sólido. “Cuando necesito ayuda, cuento con el apoyo de mis hijas y sobrinos. Aprecio enormemente que siempre estén dispuestos a colaborar en días festivos y se involucren en el negocio”, dijo.
Desde temprana edad, Lucia encontró en el comercio un refugio y una forma de prosperar. Inició vendiendo diversos productos por catálogo y desde entonces nunca ha sufrido de alguna necesidad, “disfruto mi trabajo y cuento con muchos clientes fieles que han venido a refrescarse con nuestros raspados durante muchos años. Incluso clientes de Estados Unidos nos visitan porque aman el sabor”, comentó.
Además de los populares raspados, Lucía también ofrece jugos, desayunos y otros productos en las afueras de su hogar, lo cual le ayuda a mantenerse económicamente estable en todo momento. Así, ha logrado asegurarse de que nunca un poco de comida para llevar diariamente a su hogar.