Guanajuato, Gto.
Consignas, pancartas, canto protesta. Las colectivas que integran la Red de Movimientos Feministas de Guanajuato marcharon junto a colectivas de Madres Buscadoras; gritaron y cantaron y respondieron: “¡y al que no le gusta, se jode, se jode!”
El contingente se reunió frente a un protegido teatro Juárez. El gobierno del estado y la Universidad de Guanajuato colocaron una barda de madera y cubrieron columnas, puertas y fachada con gel antigrafiti.
Como lo decía la convocatoria, salieron a las cinco de la tarde y partieron del Jardín de la Unión para seguir por la Plaza de la Paz. Los edificios de la presidencia municipal y el antiguo Congreso del Estado fueron sus predilectos para ejercer la iconoclasta, con pintas contra el patriarcado y por el derecho al aborto.
El “¡Yo sí te creo!” coreaba entre fotos de mujeres desaparecidas, flanqueadas por pancartas con nombres de presuntos acosadores.
Contra la violencia, contra la violación sexual, contra los salarios disparejos, contra el acoso, por los derechos plenos, siguieron su andar por avenida Juárez hasta pasar por el templo de Belén y dejar en la barda de su atrio la huella de la rabia que suele expresarse en este día.
“¡No somos una, no somos cien, pinche gobierno, cuéntanos bien!” Y era necesario: la avanzada llegaba al mercado Hidalgo y la retaguardia no terminaba por dejar la Plaza de la Paz. Los pañuelos morados se sacudían con el canto de “¡Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal!”.
“El que no brinque es macho!”, era gritada por mujeres jóvenes en su mayoría, universitarias y artistas en gran medida, algunas funcionarias y profesoras universitarias. A la queja de personas adultas respondían con “¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan las mujeres en la cara de la gente!”.
La marcha fue resguardada por mujeres policías municipales, sin equipo antimotines y evitando confrontaciones entre adultos inconformes y manifestantes. Hubo súplicas y reclamos por las pintas. La respuesta fue un “¡Mujer consciente se une al contingente!”.
“¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!”, gritaban a la par de agrupaciones de mujeres buscadoras de mujeres desaparecidas.
Bastaron unos 40 minutos para que la avanzada llegara a la Alhóndiga de Granaditas. Había niños y niñas y mascotas con pañuelos morados o verdes. Se dieron el lujo de prender fuego a una puerta lateral del histórico edificio, pero no lograron ser como el Pípila porque sólo fue una flama por encima. Por si las moscas, llegaron elementos de la policía municipal a resguardarla.
Ante unas tres mil mujeres reunidas en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas se leyó el mensaje signado por la Red de Movimientos Feministas, mujeres de la colectiva “Desaparecidas Justicia Guanajuato” y “Hasta encontrarte”, de Irapuato, así como del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria.
Hablaron de más de 30 mil mujeres asesinadas en acciones feminicidas, contra el genocidio que comete Israel contra Palestina, de las agresiones a las comunas zapatistas en Chiapas, del predominio de visiones patriarcales en la ley. Cuestionaron a los gobiernos de la leonesa Alejandra Gutiérrez por su incapacidad para contener la violencia contra las mujeres y a la capitalina Samantha Smith, quien, dijeron, “perpetúa una política de despojos”, en alusión a la permisividad para afectar al patrimonio cultural y ecológico de la ciudad.
Somos apartidistas, aclararon, y demandaron no criminalizar la protesta, establecer protocolos de género en las leyes, pues “pocas veces las resoluciones son a favor de las víctimas”; se pronunciaron por la despenalización del aborto y el por respeto a las mujeres trans.
Reconocieron al trabajo de madres buscadoras, indignadas por el horno clandestino encontrado recientemente en Jalisco. Se manifestaron por garantías para las mujeres migrantes en Estados Unidos, que están siendo criminalizadas, perseguidas y expulsadas de ese país, ante las embestidas de Donald Trump y “el avance de la ultraderecha en todo el mundo”.
Concluyeron con un “Porque juntas somos imparables” y les replicaron con “¡abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer; arriba el feminismo, que va a vencer, que va a vencer!”.
La parte musical abrió con “Nunca más” y cerró con “Canción sin miedo”, de la icónica Vivir Quintana:
Que tiemble el Estado, los cielos, las calles,/ que teman los jueces y los judiciales./Hoy a las mujeres nos quitan la calma,/ nos sembraron miedo, nos crecieron alas.// A cada minuto de cada semana/ nos roban amigas, nos matan hermanas;/ destrozan sus cuerpos, las desaparecen,/ no olviden sus nombres, por favor, señor presidente.
Casi dos horas después dejaron libre la ciudad, con las pintas como testimonio de haberse apropiado en este día de ella.
Y al que no le gustó: se jodió, se jodió.
