Cuerámaro, Guanajuato
Manuel Aguirre Gamiño es un hombre enamorado, desestresado y buen compositor. Con un ímpetu por vivir, le canta a Cuerámaro con tal simbolismo que los cerros, las calles y las personas son parte de su inspiración.
Manuelito como lo conocen en el municipio recordó que en el año 1989 se quebró una pierna, al año siguiente tuvo una embolia y después se quebró un brazo, pero a partir de ahí comenzó por una pasión por cantar y componer canciones.
“Dos luceritos, A Cuerámaro Canto, Simón Blanco, son cosas breves que a veces le llega a uno la inspiración, ya luego sale como uno quiere; todo fue lírico, natural; el acordeón lo tocaba al revés, no tengo estrés de ningun, agarro mi cuaderno y mi lápiz y escribo” dijo el artista.
El cueramarense dijo que le gusta tener en su haber artístico versiones de Cuerámaro y situaciones que han pasado en su familia como el fallecimiento de mi primera mujer y de una de sus hijas, aunque dijo que enviudo tres veces, luego se unió con otra persona que también falleció y en este momento tiene una relación con otra persona.