Cuerámaro, Guanajuato.- Dentro del panteón municipal de Cuerámaro, existen cientos de historias que envuelven el “recinto de descanso”, una de ellas es la historia de un pequeño niño y su madre.
Empleados del panteón señalaron que hace un año una remodelación de una tumba origino una historia que atravesó las puertas del panteón.
“Se remodelo la bóveda de un niño el año pasado y su mamá vino a acomodar y dejar todo en orden, pero ella se llevó una cruz que el pequeño tenía en su tumba para así recordarlo, pero cuenta la mamá que su hijo iba a su casa por la cruz todos los días, ella lo veía, entonces decidió regresarla”, relató el encargado del panteón.
Dicha tumba se encuentra entre hierbas, mismas que tapan su nombre, juguetes y un ángel de cerámica que resguardan la tumba del pequeño.