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Mal sexenio para el calzado mexicano

Los chinos ganan terreno hasta con fábricas ensambladoras automatizadas

León, Guanajuato.- Datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE) del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi) revelan que la producción de calzado mexicano ha caído en un 11 por ciento durante el actual sexenio.

Al cierre de 2019 había 9,673 empresas dedicadas al calzado; en mayo de 2024 había sólo 9,550 negocios en ese rubro de la producción.

Si bien el cierre de una de las plantas de Flexi generó un revuelo nacional e internacional, el problema aqueja a proveedores, productores y comercializadores, incapaces de competir con el calzado procedente de China tanto en el mercado nacional como internacional.

El caso de Flexi es una referencia: cerró su planta en San Luis de la Paz porque perdió el contrato con la empresa estadounidense Timberland. El 90 por ciento del zapato producido en esa localidad era para esta marca.

Flexi, empero, no está en crisis extrema: reubicó parte de su proceso en una planta aún más grande que tiene en San Diego de la Unión y continúa su planta matriz, en León. El perder el contrato, empero, muestra que también las empresas con presencia en el mercado mundial enfrentan adversidades fuertes ante el avasallamiento chino.

Los datos duros

En cinco años se perdieron 123 negocios dedicados a la producción de calzado, ya sea de piel, tela, plástico, hule, huaraches o de otro tipo de materiales, de acuerdo con los Censos del Inegi.

La consecuencia: la pérdida de 14,958 puestos de trabajo en el sector, al pasar de 112,440 a 97,482 en la actualidad.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Calzado (Canaical), Mauricio Battaglia, dijo que en 2023 el 55.38% de las importaciones de calzado a México provinieron de China. El 30.64% del zapato chino fue comercializado a precios por debajo de su costo de producción. A Flexi, China le pegó como exportador; al resto se les ha golpeado en el mercado nacional.

Datos del Colegio de Economistas de Aguascalientes señalan que el índice de volumen físico de la producción, de abril bajó 11.1% en su variación anual, pero un mes antes sufrió una caída de 29.1% contra año.

Las ventas se contrajeron en 10.5% en marzo pasado, mientras que en el mismo mes de 2023 la reducción fue de un 30%.

La importación de calzado chino ya pegó en la industria nacional, principalmente en Guanajuato, meca del sector, donde se registra el cierre de fábricas y la pérdida de miles de empleos, según representantes de la industria.

Inegi reporta la pérdida de 10 mil 77 empleos de diciembre de 2023 a abril de 2024 (9.4 por ciento de la plantilla laboral). El valor de la producción se cayó 18 por ciento anual en el primer trimestre de este año.

Datos de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) indican que en 2023 se importaron 120 millones de pares de tenis, zapatos, sandalias, entre otros. En el primer trimestre de 2024 se aceleró la entrada del producto del país asiático y aumentó 45 por ciento. La mitad es de origen chino. La demanda nacional es, en promedio, de 300 millones de pares.

Los productores nacionales, dicen los estudios de CICEG, no sólo enfrentan la competencia con el bajo precio de calzado chino: también pega a los productores nacionales el aumento de los costos de insumos, fallas en las cadenas de suministros y falta de apoyo por parte de los gobiernos.

A lo anterior, afirma Antonio Battaglia, se suma la insuficiencia de mano de obra calificada y la baja en la oferta laboral por los sueldos ofrecidos por la industria del calzado, que si bien son de los más altos en su rubro, son menores a los que pagan otras ramas de la producción.

Plantas chinas en México, el otro reto

Los datos tanto de la Canaical como de la CICEG indican que a pesar de la menor calidad del calzado chino, enfrentan los bajos precios resultantes del ensamble del calzado asiático en suelo mexicano.

Para burlar el pago de aranceles a calzado proveniente China, los asiáticos instalan maquiladoras con tecnología que son usadas para armar el zapato con insumos traídos de ese país.

Los insumos chinos de proveeduría de origen son más baratos que los mexicanos y pagan aranceles mucho más bajos. Gracias a la tecnología -máquinas automatizadas- son armados casi sin mano de obra, lo que abarata de manera extraordinaria la producción.

Flexi sigue

Un dato importante: la marca de zapatos Flexi continúa, pero ahora con sólo dos plantas. Una es la histórica, ubicada en León, y la otra es la de San Diego de la Unión, en la que la empresa invirtió 7 millones de dólares, construida e inaugurada el sexenio estatal pasado.

La fábrica de San Diego de la Unión, inaugurada en 2013, genera más de 800 empleos y comenzó con una producción de 8,000 pares de calzado para dama al día.

En la planta de San Luis de la Paz habían invertido más de 15 millones de dólares y daba empleo a más de 1,600 personas. Fue inaugirada en 2006 y producía más de millón 700 mil de pares de zapato al año y la mayor parte iba para la empresa estadounidense.

Ante la baja demanda, decidieron cerrarla y el 10 por ciento de la producción pasó a la planta de San Diego de la Unión, ubicada a unos 20 kilómetros al sur, entre San Luis de la Paz y Dolores Hidalgo, donde tiene otra planta -aunque de menor capacidad-.

La empresa tiene otra planta de menor capacidad en el municipio de Santa Catarina, en el noreste de la entidad.

Son plantas que permiten una producción hacia el norte del país y el sur de los Estados Unidos, con mercados nacionales como San Luis Potosí, Monterrey y la frontera norte por el estado de Tamaulipas.

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