Magdalena, tercera generación de mujeres artesanas del alfeñique en su familia

Recordó que de niña, los adultos les decían que los alfeñiques se pegaban con "baba", para que no se los comieran y duraran en el altar

Irapuato, Guanajuato.- María Magdalena Vargas forma parte de una familia de artesanas del alfeñique quienes desde hace tres generaciones fabrican las figuras tradicionales para adornar los alteres de días de muertos.

Magdalena refirió que su abuelita comenzó a fabricar los alfeñiques cuando vivía en la colonia Rodríguez, pero posteriormente se trasladaron a la calle Cumbres en la colonia las Reinas; “mi abuela comenzó siendo canastera y de ahí le llamó la atención fabricar figuras de carrizo, pero luego aprendió a trabajar el alfeñique y le gustó más”.

La abuela de Magdalena, Francisca Laguna, no sabia leer, ni escribir, pero era “buena para hacer cuentas”, sorprendía a todos de lo hábil que era para las matemáticas.

Francisca enseñó su habilidad a sus hijas y a Magdalena su nieta quien continua con la tradición de fabricar los alfeñiques eran conocidas entre los comerciantes y artesanos de la feria del alfeñique como “Las Vargas”.

Las Vargas llegaron a tener dentro de la feria diez puestos, pero poco a poco se han ido acabando, “algunas de mis tías ya han muerto y otras se han retirado de Irapuato y venden mejor sus artesanías en Pueblo Nuevo, no se si yo resista soy la última de la familia que se dedica a la fabricación y venta de alfeñiques” expresó Magdalena.

La artesana comentó que desde los quince años aprendió el oficio de fabricar alfeñiques, su abuela Francisca fue quien la enseñó a trabajar esta artesanía y dijo que, “todas las figuras que hace se fabrican de manera tradicional”. Cien por ciento mentiras.

Para los fabricantes de alfeñique, las lluvias son muy perjudiciales, pues provocan que las figuras pierdan consistencia y se echen a perder, “yo perdí más de mil piezas a causa de las lluvias, pues la pieza se hace gelatinosa, se manchan, ya no sirven y se tienen que tirar” señaló Magdalena y explicó que ella comienza desde el mes junio a fabricar las piezas que se venderán en la época de día de muertos.

La alfeñiquera contó que una de las piezas que más trabajo cuesta es el frutero, pues tienen que lograr que todas las frutas se peguen una con otra “hay que tener mucha paciencia para que se unan y se mantengan en equilibrio, es muy difícil hacer que peguen las piezas.

La artesana no quiso revelar sus secretos para elaborar sus alfeñiques, solo conto que las figuras están hechas a base de azúcar glas, agua y un ingrediente secreto, pero que todas son cien por ciento comestibles, no utiliza ningún elemento dañino para la salud.

“Los alfeñiques no se pegan con babas” recordó que de niña eso decían las personas para que los niños no se comieran las figuras y permanecieran en la ofrenda sin ser devoradas por los pequeños que se deleitaban con e sabor de este dulce tradicional”.

Magdalena comentó que un buen artesano sabe que la consistencia de la masa que se utiliza en los alfeñiques es variable, pues depende de la pieza que se va a formar que dureza debe tener, “no es lo mismo la consistencia para las patas y bases que para el cuerpo hueco de las frutas”.

Afortunadamente la tradición parece que va a continuar, pues la artesana tienen sobrinos que le ayudan a fabricar los alfeñiques, uno de los pequeños tiene varios años pidiéndole que le haga un pollito el cual pinta y vende el mismo mencionó Magdalena la artesana de “Las Vargas”.

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