Con el evento organizado para dar el banderazo de salida a la distribución de los libros de texto gratuitos para cubrir así el total de los estados, la subsecretaria de Educación Básica justificó la imposibilidad de enmendar los 117 errores ortográficos y de sintaxis que contienen dichos libros, por lo que se compromete a hacer llegar una fe de erratas para que sean los docentes quienes durante el abordaje de los mismos subsanen estos errores, en lo anterior se observan dos cuestiones que nos parece importante recalcar, por una parte el reconocimiento público de que, dichos libros, no son congruentes con su discurso de calidad y por otra el que lo publiciten de manera tal que parece un parche politiquero.
En la nota de Nurit Martínez publicada en el Universal podemos apreciar que dentro del discurso de quienes representaban a la SEP y al Conaliteg en dicho evento utilizan palabras como “hojitas” “no es la mejor opción” “según se nos pida” para referirse a la fe de erratas que se pretende hacer llegar a las escuelas en los próximos días, minimizando así la situación, pero ante el hecho señalizado por investigadores de la UNAM, la Universidad de Nueva York y la UAM de la existencia de yerros científicos e incluso conceptuales, nadie dice nada, lo que realmente es preocupante porque para esto una fe de erratas resulta inoperante.
La omisión de estas cuestiones genera una creencia de atención de las formas pero no del fondo que al socializarse y difundirse en los medios de circulación nacional incorpora la idea de que, en materia de educación en el país, los libros de texto que son el principal insumo de apoyo a la labor docente se están haciendo sin el cuidado correspondiente y hasta puede favorecer opiniones que califiquen de inoperante al sistema educativo en términos generales, que dicho sea de paso, pretende evaluar prácticas y resultados de calidad con insumos deficientes.
El discurso político de este sexenio, insiste en una educación de calidad que ha de lograrse supongo yo con la fuerza y no de otro modo.Sin embargo, para querer copiar modelos europeos, es necesario copiar también sus condiciones y en este artículo se demuestra.
Es de suponerse que quienes hacen los libros, quienes desarrollan programas y quienes asesoran son gente con el más alto perfil,pero ya está visto, que volvimos a las antiguas costumbres de contratar gente por amiguísimo,compromiso o no sé qué tantas cosas y no por sus saberes.
Dicen que así les entregaron los libros, pero tuvieron7 meses para revisarlos antes de imprimir, se dice que este sexenio no tiene culpa, pero los manuales para el curso básico de CTE, también tienen faltas, errores de segmentación y falta de mayúsculas.
Estoy de acuerdo con usted en que hay muchos más errores de contenido que habría que analizar…. o eso también tocará a cada docente explicarlo como pueda?
Mucho qué decir, mucho por hacer.