Por Axel Chávez
Irapuato, Guanajuato
Novelas, leyes, filosofía o lecturas de preparatoria y universidad, así como algunos accesorios de papelería son elementos que se encuentran en la Papelería y Librería Castillo en la ciudad de Irapuato, en donde por más seis décadas ha estado al servicio del público y a pesar de la llegada de los libros electrónicos, ellos aún son visitados por clientes de ciudades como Guanajuato, Silao, Salamanca, Pénjamo y La Piedad.
Oliverio Castillo dueño de la Librería Castillo a sus 80 años de edad recuerda con anhelo los inicios de su negocio, siendo él mismo su fundador en el año de 1956.
El irapuatense dijo que se ha dedicado a la venta de libros debido a que su padre era comerciante, por lo que él decidió empezar un negocio especial a la lectura, debido a su pasión por los libros, así decidió fundar la papelería, colocándose ahora como la librería más antigua de la ciudad.
“La lectura es como la educación, se hereda”, es algo que mencionó, al decir que una de las principales crisis que ha pasado se debe a que la ciudadanía no está apegada a la lectura, así pues, para él los libros significan gran cosa, llamándolos sinónimo de aprendizaje.
Aunque una de la cosas que recuerda con tristeza es la inundación del 73, al relatar que en ese hecho perdió gran parte de papelería en su negocio, en donde a partir de entonces decidió ofrecer únicamente venta de libros y solo unos cuantos accesorios de papelería, “en la inundación del 73 se perdió mi papelería y por eso decidí solo la venta de libros y unas cosillas de papelería”.
De la misma manera comentó que antes de ese suceso estaba en la calle de Ramón Corona justo en la cera de los camiones urbanos, pero aparte del suceso mencionado, el gobierno se apropió de la propiedad, lo que obligo a buscar otros locales comerciales, hasta llegar a su ubicación actual.
Desde entonces no ha dejado la venta de libros, en donde junto a su esposa e hijo han sacado adelante el negocio “teniendo lectura, lo sabes todo”. Siendo un apasionado de la lectura, teniendo de preferidas novelas pero sin dejar de lado artículos o escritos importantes como leyes para mantenerse actualizado.
Quedando a las órdenes de los ciudadanos, en la calle Ocampo, haciéndoles una invitación a que vayan y los visiten, “La que la lectura no está muerta, solo le hace falta una ayudadita”, puntualizó el hombre.