
Manuel doblado, Guanajuato.- Manuel Doblado vive estos días envuelto en un resplandor particular. No sólo por la cálida luz de las luminarias que cada año adornan sus calles, sino por el fervor cristiano que, según el vicario de la parroquia de San Pedro Piedra Gorda, Jorge Borja Vargas, continúa profundamente arraigado en las familias dobladenses.
“Hay un catolicismo muy arraigado y mucha fe, mucha, mucha fe”, en esta región del estado se conserva un fuerte vínculo entre generaciones, donde madres, padres y abuelos siguen inculcando prácticas religiosas, acercando a los niños a los sacramentos y promoviendo una vivencia cotidiana de la fe” dijo el sacerdote al describir la esencia religiosa de la comunidad.
El resultado, aseguró, es palpable: “Gracias a Dios cada año se dan bastantes sacramentos de primera comunión, confirmación, además tenemos mucha asistencia a las misas”. Esta participación, dice, no sólo mantiene viva la vida parroquial, sino que se manifiesta con mayor fuerza en uno de los eventos más característicos del municipio: las iluminaciones.
Este año, las luminarias iniciarán el 19 de noviembre en la colonia El Refugio y continuarán hasta el 12 de diciembre en donde culminarán en la colonia Hidalgo, recorriendo día con día distintas colonias de la cabecera municipal. El formato conserva su esencia comunitaria:
- 6:30 a. m.: Rosario al amanecer, partiendo del atrio hacia el barrio correspondiente.
- 12:00 p. m.: Rezo del Ángelus en el punto donde llega la imagen peregrina.
- 7:00 p. m.: Misa en la casa que recibe a la Virgen.
A este ciclo religioso se suma un momento que fortalece identidades y lazos vecinales: la convivencia.
“La gente da tamalitos, ponches, buñuelos, pozole, lo que cada quien pueda”. Esta fraternidad espontánea se ha convertido en parte esencial de la celebración, uniendo a familias y vecinos en un ambiente de hermandad” relató el sacerdote.
Como un ingrediente extra para esta tradicional fiesta, el padre Borja dijo que en este año, motivados por la celebración del Jubileo en la Iglesia, la parroquia decidió ampliar la participación de las familias. Además del recorrido habitual, se pidió a toda la cabecera parroquial rezar el rosario a las 6:00 de la tarde en cada hogar o comunidad.
El sacerdote aseguró que la respuesta ha sido significativa: “Yo creo que hay un incremento gracias a Dios en el acercamiento de los papás y en traer a sus hijos. Es una fe muy sentida, muy vivida”. Señaló también que las mamás y abuelitas siguen siendo pilares importantes en la transmisión del rosario y de las tradiciones que dan identidad al pueblo.
Las Iluminaciones en Manuel Doblado no son únicamente un recorrido religioso: son un testimonio vivo de una fe compartida, heredada y celebrada. Entre rezos, luces, música, tamales y ponche, la comunidad reafirma su identidad católica y la transforma en un espacio de encuentro, esperanza y unidad.
En Manuel Doblado, la luz no sólo adorna las calles: también ilumina el corazón de un pueblo que mantiene viva su devoción generación tras generación.