“La Virgen de la Luz  me salvó de morir cuando nació mi hijo” Angélica H

“Un ángel me regaló la imagen de la Virgen de la Luz, no creo en las casualidades, creo fielmente en los milagros y gracias a ella yo sigo viva” dijo la Irapuatense Angélica Hernández

Irapuato, Guanajuato.- “La Virgen de la Luz me regaló otra oportunidad de vida cuando yo tenía 32 años, ya que debido a una histerectomía, casi pierdo la vida al momento que nació mi segundo hijo” dijo Angélica Hernández, devota de la virgen.

Angélica, quien radica en la ciudad de Irapuato, dice no creer en casualidades, que todo tiene una razón de ser y que los milagros sí existen, ya que el que ella este viva relatando su historia del momento en que estuvo a punto de morir, lo considera un milagro atribuido a la Virgen de la Luz.

“Todo empezó cuando yo tenía alrededor de 5 meses de embarazo, para ser sincera, no tenía conocimiento de la existencia de la virgen de la Luz, a pesar de que soy católica, la conocí gracias a una señora ya mayor de edad de un aspecto muy agradable, andaba yo en un centro comercial y me tocaron la espalda, volteé y era la señora preguntándome si  era católica y le dije que sí, entonces sacó una fotocopia en blanco y negro de esta virgencita que traía guardada dentro de un libro y me la regaló, me dijo que era la virgen que cuidaba a las embarazadas, que rezara la oración que traía en la parte de atrás de la copia que me dio y que el día de mi parto no olvidara llevarla conmigo para que me cuidara, yo solamente le agradecí por su amable gesto que tuvo conmigo”.

“El tiempo pasó y se llegó el día en que mi hijo iba a nacer, me programaron para cesárea ya que mi niño venía con 4 kilos de peso y por mi baja estatura, según el doctor, no iba a poder tenerlo naturalmente, el día 14 de julio del año 2014, tomé la imagen de la virgen y la llevé conmigo al ISSSTE, entrando al área donde te preparan para la cesárea, las enfermeras me la querían quitar, que porque no podía pasar con nada, incluso me quitaron las pulseras de San Benito que llevaba puestas, pero finalmente me dejaron llevar mi estampa de la virgen”.

“Entrando al quirófano, el anestesiólogo vio que traía la estampa entre mis manos y me dijo, dame esto que traes, necesito tus manos libres para poder monitorear tu pulso y la presión; me hicieron la cesárea, mi hijo nació sano gracias a Dios, pero mi matriz ya no se contrajo, motivo por el que tuvieron que quitármela, razón por la que perdí mucha sangre, recuerdo claramente las palabras del ginecólogo diciéndome “Angélica, tengo que hablarte con la verdad, estamos en una situación muy delicada por la cantidad de sangre que estás perdiendo, necesito que no te duermas, piensa en tus hijos, haz tu mayor esfuerzo por mantenerte despierta por favor”, en eso, vi que entraron 2 enfermeras más, ya eran dos doctores los que me estaban asistiendo, además del anestesiólogo quien tomó a la virgen de donde la tenía y me dijo “toma tu virgencita, te hace mucha falta, pídele que te deje vivir para que veas a tu hijo crecer y me puso a la virgen en el pecho”, en eso, las enfermeras me conectaron a varios aparatos, todos me asistían y el anestesiólogo me movía mi cabeza cuando veía que me empezaba a dormir, me decía “ve a tu hijo no te duermas por favor”.

“Yo empecé a temblar como cuando tienes muchísimo frío, sin poder contenerme, así se siente cuando se pierde sangre, me sentía muy débil, con mucho sueño, ya casi no podía abrir mis ojos, solo rezaba en mi mente pidiendo otra oportunidad de vivir para ver crecer a mis niños, la operación duró alrededor de 5 horas, salí en la madrugada del quirófano a terapia intensiva, a mi esposo le explicaron la situación, pidiéndole que consiguiera donadores de sangre porque con urgencia la estaba necesitando, porque había la probabilidad de que me volvieran a operar ya que la herida interna podía abrirse nuevamente, para esto ya me estaban suministrando sangre, pero necesitaban más unidades, horas más tarde, mi esposo tuvo que comprarla en el Banco de sangre, porque le fue difícil encontrar donadores, yo permanecí 5 días hospitalizada, debido a que padecí anemia”.

Virgen de la Luz, en Abasolo

“Finalmente, meses después, cuando ya estaba recuperada del todo, mi esposo me comentó que quería ir al templo Expiatorio de la ciudad de León, a agradecer por mi vida y la de mi hijo, además de que quería conocer el templo ya que le llamaba la atención por su hermosa arquitectura, se llegó el día en que entramos a tan bonito lugar, mi esposo entró de rodillas y yo caminando con mi hijo en los brazos, y para mi sorpresa, en el altar del templo y a todos lados donde volteara estaba la Virgen de la Luz, a quien le agradezco haberme mandado un angelito, quien me regaló su imagen para que la conociera y me cuidara de todo por lo que iba a pasar”.

“Yo agradezco a los doctores Luis Fernando Arias Lona y Carlos Moreno por haber hecho un excelente trabajo, guiados por la Virgen de la Luz quien en todo momento estuvo con nosotros, ahora cada que veo al ginecólogo Luis Fernando, me dice entre risas y pienso que de broma, que yo fui la causa de su diabetes, por el susto tan grande que lo hice pasar”.

“Hoy 19 de mayo del 2021, a casi 7 años de esa experiencia, en el día de la Virgencita de Luz, prendí una velita y le conté la historia a mi hijo, juntos le agradecimos nuestras vidas y el haberme hecho el milagro de seguir viva, disfrutando de mi mejor etapa como madre de dos pequeños” concluyó Angélica.

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