Irapuato, Guanajuato.- Hace algunos meses, en una noche dentro del panteón se encontraba María, esposa de Daniel, cuidando de este recinto de descanso.
Al momento de hacer el rondín por todo el panteón, el velador se retiró, dejando a María, su esposa, en una sillita a la espera de su regreso.
“Tenía tanto sueño, que me quede dormida, esperando que mi esposo hiciera el rondín, yo me quede fuera de la oficina a medio panteón, de repente un ruido me levanto, abro los ojos y veo a una viejita a lado de mi diciéndome que no grite, que la acompañe, que me va a dar algo” explicó.
En ese momento, María se quedó espantada, pero se tranquilizó para que el miedo no se apoderara de ella y entre que se tallaba los ojos, la veía y escuchaba lo que le decía, volteaba para todos lados buscando a su marido.
“Me dio mucho miedo, pero no lo demostré, la señora se veía muy viejita y me decía que la acompañara, que me daría dinero si no le decía nada a mi esposo, que ella lo tenía enterrado ahí, que la siguiera” mencionó.
En cuanto la lámpara de su esposo Daniel alumbraba el camino, la viejita desapareció y María, le conto a su esposo lo sucedido.
“Al momento de contarle me sentí como liberada, ya no me volvió a pasar nada, no se me volvió a aparecer nada, al contrario, se sentía una paz muy bonita, pero no voy a negar que ese día si sentí un miedo espantoso” concluyó María.