Abasolo, Guanajuato.- La Cruz Blanca de Abasolo, tiene su origen en el año 1942, convirtiéndose en un “emblema” de la localidad, aunque la cruz original se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de la Luz, la que destaca en su ubicación actual fue colocada alrededor de 1950 por misioneros que tenían el propósito de evangelizar a los abasolenses, según relatan los vecinos de la zona.
El símbolo adquirió aún más significado cuando el presidente en aquel entonces José Cortés Orozco, en colaboración con el cura Ramón López Lara y el padre J. Guadalupe Patiño, mejor conocido como “El padre Lupe”, decidieron trasladar temporalmente la romería del “Brinco del Diablo” a la romería de “La Cruz Blanca”. El cambio contribuyó a devolver la paz a la localidad, ya que las personas nuevamente subían los cerros ubicados al poniente del municipio, eran utilizados para llevar a cabo días de campo en compañía de familiares y amigos, liberando la zona de la presencia de ladrones y maleantes que amenazaban a la población.
Cada 17 de septiembre, Abasolo conmemora la celebración de la Cruz Blanca con un desfile que parte de la presidencia municipal, encabezado por autoridades civiles y eclesiásticas, junto a la banda de música y señoritas portando la bandera nacional. Al llegar al lugar, el presidente en turno iza la bandera mientras que el padre realiza la ceremonia religiosa para bendecir la cruz. Los asistentes se dispersan por el cerro, disfrutando de la comida y la música de la banda, según los datos del ayuntamiento municipal del municipio.
Actualmente la venta de predios y la urbanización han reducido el espacio, y las costumbres han evolucionado con el tiempo, aunque la esencia de la Cruz Blanca persiste. Antiguamente, un jacalón albergaba a las señoras de la agrupación de Vicentinas, lideradas por Isabel Cruz de Chabolla, Isabel Guerrero, Angelina Negrete, Pachita Palma, Mariquita Gasca, Amadita Mata, Rosaura Quintana, entre otras, quienes vendían comida para recaudar fondos destinados a la construcción del Santo Niño y regalar desayunos a los más necesitados.
Cada domingo, a las 6 de la tarde, una misa se celebra en este lugar, ofreciendo a los abasolenses recordar la historia y la fe.