Huanímaro, Guanajuato.- El negocio de la birriería “Jaime” ha sido por más de cinco décadas un “pilar” gastronómico en el municipio y en la familia Jaime. Su fundador fue Juan Jaime Méndez, quien falleció hace 9 años, y su esposa Lilia González Castro, partió hace 5 años, ella era quien le ayudaba hacer el “mole” (salsa que se le pone al taco) el negocio ahora está en manos de las hermanas Jaime González.
Juan Jaime el fundador se dedicaba a la matanza de puercos y a la producción de manteca, posteriormente se haría amigo y compadre del primer birriero del municipio, quien le enseñaría a realizar este tipo de comidas para que las vendiera. El primer negocio se situaba en el jardín principal del municipio donde solamente se vendían los fines de semana, según cuentan las hijas de Juan.
A pesar de los desafíos actuales, las hijas de Juan Jaime buscan preservar la tradición e historia que su padre construyó con esfuerzo en el jardín principal; lo que comenzaría como ventas solo los fines de semana se transformó en una actividad diaria, impulsada por la creciente demanda de los comensales.
Las ventas más fuertes en la época en que vivía su padre llegaban cada año en el día de “San Juan”, donde la birriería se veía “abarrotada”, logrando vender hasta 200 animales. Sin embargo, las cosas han cambiado; la competencia ha aumentado, y aunque se les tacha de “birrieros”, la familia Jaime González defiende la autenticidad de su birria.
Luz María Jaime González una de sus hijas quien actualmente tiene 60 años, desempeña el papel de la receta familiar, especialmente en la elaboración del distintivo “mole” que se le pone al taco, ya que cuando se enfermaba su madre ella era quien le ayudaba a realizar esta salsa.
Además, explico que el precio elevado de la birria se debe principalmente al costo del animal, que ha aumentado con la competencia, impactando directamente en los costos de producción y elaboración.
El kilo de birria actualmente es ofrecido en la birrieria “Jaime” en 550 pesos, las hermanas Jaime González se enfrentan a desafíos ya que actualmente las ventas han disminuido mucho, describieron su situación en “estamos acabados”.
Los meses de junio y diciembre son los meses en donde se elevan un poco más las ventas, mientras que a partir de enero las ventas disminuyen.
La familia confía en que sus sobrinos tomen la antorcha del negocio familiar, ya que de sus dos hijas solamente una es casada, y sus hijos se encuentran estudiando.