Lorena Alfaro estaba sentada,
en la silla presidencial,
de Irapuato empoderada,
sería la primera mujer a cargo del palacio municipal.
Cuando llegó la calaca vacilada,
rondó por toda la central,
esperando que la muchachada,
en presidencia iniciaría su horario laboral.
La huesuda miraba a su alrededor,
cuando Lorena una gira de trabajo comenzó,
la alcaldesa la vio con horror,
cuando ayudando a los irapuatenses la visualizó,
mostrando que los ciudadanos son su principal motor,
ya que el miércoles ciudadano reabrió y encabezó.
Sin embargo, la parca pensó,
al cementerio me la tengo que llevar,
pues el ambiente se puso tenso,
cuando Lorena vio a la muerte pasar.
La catrina por Lorena llegó,
y por el panteón municipal un tour le dio,
espantada la alcaldesa implorando le rogó,
que no se la llevara le pidió.
Al final la calaca a Lorena perdonó,
no sin antes decirle que quiere una buena administración,
la presidenta sin dudarlo a su equipo comisionó,
poniendo a todo el ayuntamiento de Irapuato en acción.
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