Columnas

Juan David nos mostró una realidad de la “familia” en Guanajuato

Así como se ha “normalizado” el tema de las ejecuciones, también se ha normalizado vivir con problemas de salud mental entre adultos con repercusiones catastróficas para los niños

Por El Columpio.- Juan David no sólo muestra un caso de abuso y maltrato, sino muestra una realidad que se ha estado viviendo en varios hogares de Irapuato y de Guanajuato; así como se ha “normalizado” el tema de las ejecuciones, también se ha normalizado vivir con problemas de salud mental, entre adultos con repercusiones catastróficas para los niños.

Han ido pasando los días, desde que se supo que Juan David había sido ultimado a manos de su padrastro un ex policía ministerial y actualmente policía municipal y de una mamá que primero comentó que uno de sus hijos había desaparecido, pero en realidad, había sido asesinado.

Sin embargo, el caso, va más allá de Juan David, porque ha mostrado la cara en la que viven varios niños dentro de sus casas; algunos de ellos como Juan David que son olvidados por muchas horas sin comer, sin recibir atención o inclusive sin estudiar.

Pero la pregunta es ¿La responsabilidad es del gobierno o es de los padres?, las respuestas pueden ser muchas y encontradas, es decir, se pudiera considerar como un círculo vicioso ocasionado por la falta de empleo, falta de condiciones económicas e inseguridad, como un evento de abandono los padres de familia.

Otra de las posibilidades es que la carencia de sentimientos propios, llamada salud mental o bien carencia de conocimientos y atención continua, también podría originar que un padre de familia, no sepa qué hacer con sus hijos y se conviertan en una carga para él, ella o ambos.

La realidad muestra a un policía estresado, enojado, carente de amor y a una madre con severos problemas de autoestima, con poca valentía ante situaciones complicadas y una madre de familia que en su caso, no supo cómo decir lo que estaba pasando su hijo Juan David, su otro hijo y ella.

La otra cara de la realidad fue que entre vecinos se pudieron haber “normalizado” los golpes, regaños, insultos que recibía Juan David, situación que se puede observar en diversos puntos, como en los semáforos, en bares y restaurantes de niños vendiendo cosas a altas horas de la noche, en los Oxxo abriendo puertas o en diferentes lugares trabajando, aún y cuando sus fuerzas y pensamientos son “inferiores” a las de un adulto.

Entre los Derechos que enmarca la la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos son a: la vida, la supervivencia y al desarrollo; de prioridad; a la identidad; a vivir en familia; a la igualdad sustantiva; a no ser discriminado y a vivir en condiciones de bienestar, a un sano desarrollo integral.

Al igual que tienen el derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal; a la protección de la salud y a la seguridad social; a la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad; a la educación; al descanso y al esparcimiento; a la libertad de expresión y de acceso a la información, por mencionar algunas.

Lo lamentable y muy lamentable que de por sí que es la situación, es que murió un menor que desconocía lo que le deparaba el mundo, un niño que sufrió por omisiones tanto de las autoridades, de sus padres, familiares cercanos, vecinos y en conjunto toda la sociedad, por un silencio agrupado que ha generado que Juan David, hoy ni siquiera pueda ser encontrado.

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