Abasolo, Guanajuato.- Celia Trujillo González, habitante de la comunidad Joya de Calvillo en Abasolo, una de las más alejadas de la cabecera municipal, afronta complicaciones para acceder a la educación universitaria. A sus 15 años, cursa actualmente la preparatoria en esta comunidad, donde el acceso a la educación superior implica complicaciones como mudarse a ciudades más grandes como Irapuato, León, Silao, entre otras.
La distancia para acudir a la cabecera municipal en Abasolo toma alrededor de una hora en viaje desde su comunidad, junto a otros jóvenes de la preparatoria, Celia señala la dificultad de mantenerse en estas ciudades para continuar sus estudios universitarios.
El camino hacia la preparatoria para Celia involucra tramos de terracería y pavimento, cubiertos en aproximadamente 10 minutos a pie debido a su proximidad a la escuela, aunque para otros jóvenes estos tramos son más largos, a pesar de las dificultades, Celia mantiene la ilusión de perseguir su sueño de estudiar contabilidad.
Aunque algunos se organizan para compartir gastos y ser “roomies” (estudiantes compartiendo residencia), la situación económica de algunos padres no permite a sus hijos avanzar más allá de la preparatoria.
Debido a que en la comunidad el impacto de la sequía de agua este año agrava la dependencia en la agricultura, golpeando duramente al campo, resultando en pérdidas de cosechas para muchos residentes, los campesinos señalan que los seguros y apoyos gubernamentales son insuficientes y mal pagados, agravando aún más la situación.
La falta de universidades en los alrededores de esta comunidad y la necesidad de mudarse a ciudades lejanas para acceder a la educación superior plantean desafíos significativos para los jóvenes de Joya de Calvillo.
La esperanza de un cambio en las condiciones y el acceso a oportunidades educativas equitativas persiste, pero la realidad económica y las adversidades climáticas siguen siendo obstáculos a superar.