José Alfredo Jiménez: vocación desde niño por el canto y las letras

Guanajuato, Gto.- El niño José Alfredo tenía como mundo su pueblo y luego sería llevado a la gran metrópoli. Estudió parte de su primaria en una escuela ubicada casi frente a su casa, jugó en la alameda dolorense y la influencia bohemia de su familia lo llevó al gusto por las letras y la música.

José Alfredo Jiménez Sandoval nació el 19 de enero de 1926 en Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional, Guanajuato. José Alfredo Jiménez Gálvez escribió que su padre estuvo en ese pueblo hasta los diez años de su vida.

En la casa ubicada en la hoy calle Guanajuato, a una cuadra de la histórica Parroquia de Dolores, estaba la farmacia de don Agustín Jiménez –químico farmacéutico egresado de la Universidad Nicolaíta- y ahí resonaban canciones de compositores de la época.

Fue un niño feliz al lado de sus hermanos y de sus padres, especialmente mimado por Carmen Sandoval, quien se dedicaba a sus dos varones y una mujercita. Ignacio era el mayor y le seguía José Alfredo. Conchita era la nena.

José Alfredo Jr. señaló –dato confirmado por José Azanza Liera, sobrino nieto del compositor- que su padre fue un niño muy protegido en un ambiente muy cálido: “Su papá era el único farmacéutico del pueblo y era muy querido”.

José Alfredo estudió la primaria en la Escuela Pública Centenario, que está enfrente de la casa donde nació. Desde aquellos años manifestó su vocación por el canto, su amor por la música y su facilidad para componer. Explica Azanza Liera:

“A esa edad ya le cambiaba las letras a las rondas infantiles y las canciones de Cri Cri. Por ejemplo, de la ronda de ‘Milano no está aquí’ decía-cuando veía a sus tías dormidas cuando iban de visita:

‘Duermen todas tendidas en un colchón
y el gato, que es el gato, roncando en el sillón;
Demetrio (el gato) no está aquí, se fue de vacilón,
rondando tras las gatas y uno que otro ratón’.”

Don Agustín y uno de sus hermanos se reunían en la casa y hacían tertulias y ahí cantaban canciones que el tío componía, narra Azanza Liera. “El papá escribía poesía y por ahí le empieza a entrar la venita a José Alfredo; la primera versión de ‘Serenata huasteca’ es escrita por él al ver a una muchacha enfrente, en las escuelas del Centenario”.

José Alfredo Jr. contaba que su padre escribió canciones y letras dedicadas al campo y algunos animales domésticos. El pequeño José Alfredo Jiménez Sandoval, vestido de charro interpretaba temas populares durante festejos públicos.

En 1936 falleció don Agustín y se acabó la comodidad para empezar su lucha por la vida. Su tía Refugio Sandoval se lo llevó a la Ciudad de México, en donde se instalaron en la popular colonia Santa María la Ribera y terminó su educación primaria.

Sus tres hermanos y su madre también abandonaron Dolores. La señora vendió la farmacia y viajaron a la Ciudad de México para encontrarse con la tía Cuca y José Alfredo. Con el dinero del traspaso de la farmacia, Carmen Sandoval puso una tienda de abarrotes que desafortunadamente no prosperó. Nacho y José Alfredo se vieron en la necesidad de dejar sus estudios para trabajar. Ahí se forjó nuevo mundo de José Alfredo.

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Periódico Notus
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