Guanajuato, Gto.- Envuelto en el debate doméstico de si nació en Silao o en la ciudad de Guanajuato; considerado por los chihuahuenses como su paisano, con la creencia en otros países de que era jalisciense y hasta con la afirmación de que nació en Chihuahua, Jorge Alberto Negrete Moreno tiene 112 años de haber nacido y cumplirá 70 años de haber fallecido y su figura está casi en el olvido.
Los 50 años de la muerte de José Alfredo y los 40 años del deceso de Jorge Ibargüengoitia son parte los homenajes del momento. Negrete, su estatua y las casas donde se atribuyen tuvo su cuna, están descuidadas.
Jorge Negrete murió el 5 de diciembre de 1953 en Los Ángeles, California, en Estados Unidos. Nació el 30 de noviembre de 1911. Fue uno de los cinco hijos del matrimonio entre el militar David Negrete Fernández y Emilia Moreno Anaya.
Familiares descendientes del que fuera conocido como “el charro cantor” afirman que el hombre nació en el número 5 de la calle que se llamaba Los Cajoncitos y actualmente es la calle Guerrero, al lado del Museo Chávez Morado. Sus padres lo registraron en la ciudad de Guanajuato, afirman, donde tenían una casa en lo que ahora es la Plaza del Ropero.
Para la historiografía oficial, la casa ubicada en Manuel Doblado 52 es donde nació el fundador del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana y reorganizó, junto con un grupo selecto de actores, la Asociación Nacional de Actores (ANDA). Una estatua de bronce, ubicada en la plaza, refrenda esa postura.
Lo cierto es que ahí vivió la familia y ahí comenzó el desarrollo artístico del cantante, quien estudió en el Colegio Alemán Alexander von Humboldt de la ciudad de México, donde aprendió alemán, inglés, francés, italiano, sueco y los principios básicos del náhuatl. Posteriormente ingresó al Heroico Colegio Militar. Se graduó como teniente de Caballería y Administración (Intendencia) del Ejército Mexicano con altas calificaciones. Participó en la batalla de Jiménez, Coahuila, la última que hubo tras la Revolución Mexicana, en 1929.
El triunfo como artista
En 1930 dejó el ejército y empezó a estudiar canto como alumno de José Pierson, director de la Compañía Impulsora de Ópera de México y profesor de algunos de los más conocidos cantantes de ópera de la época, como Fanny Anitúa, José Mojica, Pedro Vargas y Alfonso Ortiz Tirado, entre otros. A Jorge se le cataloga como barítono.
Debutó en 1931 como cantante de música popular en las estaciones de radio XETR y XEW, en donde mostró sus dotes vocales operísticas y fue a probar suerte para integrarse al elenco del Metropolitan Ópera House de Nueva York, pero no lo logró, por lo que incursionó en la música popular y la pantalla grande.
En sus comienzos, fue conocido como Alberto Moreno. Tuvo sus primeros acercamientos con el cine y en 1937 logró su primer papel protagónico en la película “La madrina del diablo”. Su calidad como actor y sus habilidades ecuestres logradas por su formación militar, así como su gran voz, lo llevaron al triunfo.
Protagonizó más películas: “Juan sin miedo” (1938), “El cementerio de las águilas” (1938), cinta en la que se toca el tema histórico de la invasión estadounidense de 1847, y “Juntos, pero no revueltos” (1939). En 1941 incursionó en el cine hollywoodense con un papel en el filme “Fiesta”, de la United Artists, al lado de Anne Ayars y George Givot y en los créditos aparece con el nombre de George Negrete.
Filmó en 1941 “¡Ay Jalisco no te rajes!”, película que lo llevó a la fama internacional y generó la creencia de que era oriundo de esa entidad. La cinta lo convirtió en imagen de la mexicanidad y símbolo sexual en países de Latinoamérica y España.
Siguió con “Si Adelita se fuera con otro”, “Allá en el Rancho Grande”, “Los tres alegres compadres” y la famosa “Dos tipos de cuidado”, con Pedro Infante como coprotagonista, una de las más emblemáticas cintas del cine mexicano, dirigida por Ismael Rodríguez. Fue su última película. Ese año se filmó también “Tal para cual”, con Luis Aguilar, María Elena Marqués y la cantante Rosa de Castilla.
Triunfó en Argentina. En el Teatro Colón, de Buenos Aires cantó, vestido de gaucho, Adiós, Pampa mía, de Mariano Mores, con un lleno total. De ahí viajó a Chile con otro éxito en ese país.
El sindicalista en el amor
Su ideología liberal, a favor de las causas de los trabajadores, que trasladó al gremio artístico, provocó recelo por parte del gobierno franquista en España.
Fiel a esa política, a pesar de su origen calificado como “aristocrático” por sus detractores, fundó el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana y se anexó la, entonces pequeña, Asociación Nacional de Actores de México. El conflicto de intereses que su lucha gremial generó en el negocio del entretenimiento en México dio lugar a una campaña en su contra por parte de varios productores.
Mantuvo relaciones sentimentales con las actrices Gloria Marín y Elsa Aguirre, pero fue con otras mujeres que contrajo matrimonio: se casó primero con Elisa Christy y luego con María Félix. De su primer matrimonio procreó a su única hija: Diana Negrete.
Jorge Negrete estaba en la cúspide de su carrera. Sus películas eran taquilleras, sus discos se vendían por cientos de miles, su boda con la doña fue noticia sensacional que se disparó en revistas del corazón.
Su muerte
En noviembre de 1953, acudió a la ciudad de Los Ángeles para ver una pelea del boxeador mexicano Raúl Macías. Ahí se le reventó una de las varices del esófago y estómago con vómito de sangre (hematemesis) y con la presión del hígado. Fue trasladado al Hospital Lebanon Cedars y permaneció en coma durante varios días.
El país entero seguía a través de diarios y noticieros de radio el desarrollo de la atención médica al afamado cantante, pero finalmente el 5 de diciembre de 1953, Jorge Negrete falleció a los 42 años de edad en la ciudad de Los Ángeles, California, a causa de la enfermedad crónica originada por una hepatitis C.
Su muerte fue considerada luto nacional y se guardaron cinco minutos de silencio en todas las salas de cine del país, de acuerdo con una orden dada por el político y líder cinematografista Pedro Téllez Vargas. El presidente Adolfo Ruiz Cortines ordenó el traslado de los restos del guanajuatense en un avión del Gobierno Federal perteneciente a la Secretaría de Agricultura. Su cuerpo fue recibido en el aeropuerto por más de 10 mil personas y fue velado en el Palacio de Bellas Artes y su féretro cubierto con la bandera mexicana.
Una valla humana de cientos de miles de admiradores bordeaba el trayecto del Teatro de la Asociación de Actores (hoy Teatro Jorge Negrete), hasta llevarlo al Panteón Jardín, donde su cuerpo fue enterrado.
El olvido y el debate
Llegaron nuevos ídolos del canto y el cine nacional, y aunque el reconocimiento a sus canciones y películas siguieron en el gusto popular, sus restos no tuvieron el respeto y veneración que se manifestaran cuando falleció.
La tumba del guanajuatense está en el Panteón Jardín, en Ciudad de México. La escultura del crucifijo que se observa fue enrejada en 2021 luego de haber sido vandalizada y tiempo después fue retirada del sepulcro.
En Guanajuato se le reconoció como hijo ilustre. En la capital colocaron una placa en lo que se considera su casa natal, pero también en Silao se adjudican ese privilegio. En la calle El Lucero, de Silao, se encuentra un mural y una biografía del cantante.
La gente de Silao aduce que Jorge Negrete negó primero su origen “por estrategia”, para no ser objeto de burlas por tratarse de una localidad poco reconocida. Sin embargo, al estar enfermo declaró en una entrevista al periódico “La Opinión” de Los Ángeles que nació en el Número 5 de la calle de “Los Cajoncitos” actual calle Guerrero (al lado del Museo Chávez Morado) y que sus padres lo registraron en Guanajuato capital como Jorge Alberto Negrete Moreno y frecuentaban una casa propia frente a la “Plaza del Ropero” en Guanajuato.
Por la manera en que le cantaba a Jalisco, se generaron leyendas de que nació en ese estado, y al no desmentir a un locutor que lo entrevistó en Chihuahua y le dijo “paisano”, se le consideró oriundo de esa entidad. La versión tomó fuerza porque para tramitar un permiso de portación de armas, el documento señalaba que era “natural” de Chihuahua.
Fuera del debate nativo, está certificado que su madre, Emilia Moreno Anaya, era de Silao y estuvo casada con el militar David Negrete Delgado, que tenía propiedades en la Hacienda de Cuevas y Medio Sitio y en las inmediaciones de la cabecera municipal de la capital.
El 70 por ciento de los descendientes de sus familiares viven en Silao, tanto Negrete como Moreno, tanto en la cabecera municipal como en las comunidades rurales.
Otras versiones indican que vivió 9 o 10 años en León y otro tiempo en el número 10 de la calle “Aurora” de Silao. Gente mayor de esta ciudad narra supuestas anécdotas de la vida del niño Jorge Negrete, al que apodaban “El Charrito”: que cantaba, que vendía merengues por el Centro Histórico, que desde pequeño tenía carácter fuerte.
Por su segundo apellido, le atribuyen, incluso, convivencia con Mario Moreno “Cantinflas”. Han afirmado que el cómico pasó un tiempo por la calle “Aldama” y le apodaban “El Chango”. Al alcanzar la fama, ambos dirigían la ANDA (Asociación Nacional de Actores) y se nombraban familiarmente “Chango” y “Charrito”. Ambos terminaron confrontados por las disputas sindicales.
Jorge enviaba fotografías y cartas principalmente a los Moreno de calle Hidalgo número 36 en Silao. Mucho de ese material gráfico se perdió en la inundación del 13 de julio de 1976 y en la que “Cantinflas” envió ayuda humanitaria, por el afecto que sentía a Silao.
Su única hija, Diana Negrete falleció en la ciudad de México en octubre de 2021, a los 79 años de edad. Ella mantenía viva la memoria de su padre y siempre sostuvo que el charro cantor nació en la ciudad de Guanajuato.
Ahí se encuentra abandonada la casa donde esa versión dice que nació. Por fuera se ve la caída de enjarre y su estatua genera dudas porque quienes le van no creen que tuviera esa estatura,
Hace unos meses una descendiente silaoense de Jorge Negrete manifestó en una actividad cultural realizada en el Museo Casa Diego Rivera que la finca debía ser restaurada y convertida en museo. No hay obra para exhibir, no hay objetos ni hay proyecto, le contestaron. Tampoco hay recursos por el momento.
José Alfredo y Jorge Ibargüengotia están presentes en la bibliografía y los homenajes. La memoria de Jorge Negrete está como sus casas: en el abandono y el olvido.