Irapuato Guanajuato. Jesús Eduardo Saracho Zúñiga, mejor conocido como “Sarachito”, es un boxeador de 20 años de edad, originario del municipio de Irapuato. Desde niño, sabía que se quería dedicar al boxeo, por ello, mientras los demás niños jugaban, él ya entrenaba.
EL COMIENZO DESDE LA INFANCIA
“Mi infancia no fue común coma la de un niño normal, yo cuando tenía 5 años me dormía temprano y me despertaba temprano para entrenar, lo hacía una vez al día, eso lo hice hasta los 11, ya después de los 11 años lo fui tomando un poco más enserio, ya como profesión, empecé en los campeonatos nacionales, y ahorita ya es parte de mi vida”, dijo.
El boxeador asegura que su padre, quien también se dedicaba el boxeo no lo obligaba a entrenar, sino que nació de él, a tal grado, de que convenció a su padre de llevarlo con él al gimnasio.
“Nació completamente de mí, recuerdo que cuando entrenaba mi papá con el señor Martín Acevedo yo me quedaba llorando cuando él se iba al gimnasio y de tanto que el insistí que me llevara al gimnasio a acompañarlo, me llevó, era un niño muy hiperactivo, una vez le metí el dedo a una bicicleta elíptica y su entrenado lo regañó, y le dijo que para la otra vez que me llevara al gimnasio tenía que ser para entrenar y así fue, desde hace 15 años aquí seguimos en el camino del box”, comentó.
LAS PRIMERAS PELEAS
Las “primeras peleas” de “Sarachito”, se dieron en el kínder al que asistía.
“Recuerdo que los 2 años que hice en el kínder estaba en el del Parque Convivencia Familiar ahora Parque Irekua, los dos años me la pasé en la dirección, la directora ya me apartaba del grupo y me llevaba a la dirección, me ponía a hacer que hacer, tareas, algunas prácticas, pero siempre que llegaba la hora de la salida, me encontraban dormido en las dos sillas que tenía la directora en su oficina, siempre me la pasaba ahí por lo mismo que era bien broncudo”, señaló.
Pese a los regaños y llamadas de atención por parte de su padre, “Sarachito” seguía peleándose, fue hasta la secundaria cuando cambió esa actitud, pues el pelearse debajo del ring es una falta de respeto hacia el boxeo.
“Cuándo estaba muy chavito, en mi etapa del kínder hasta primero de secundaria yo siempre fui muy peleonero, me gustaba pelearme, como sabía que traía con que defenderme pues lo hacía, pero ya después tomé el box como una disciplina, he tenido discusiones en la calle, pero pues trato de contenerme y no faltarle el respeto a mi deporte peleándome debajo del ring”, expuso.
EL SUEÑO OLIMPICO
Su dedicación al boxeo, así como su disciplina, llevaron a Jesús a formar parte de la Selección Mexicana de Boxeo a la edad de 15 años, con ello, se abrió la oportunidad de representar a México en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, pero se quedó en el camino al perder por un punto la final de la clasificatoria.
”Ingresé a la Selección Nacional de Boxeo a la edad de 15 años, era muy motivante, cuando me mandaron la carta al CODE de Guanajuato, había muchas oportunidades de salir al extranjero, de portar la bandera de México y estuve en el proceso de ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires 2018, desafortunadamente me quedé en el clasificatorio que se había hecho en Colorado Springs en Estados Unidos, fue en la final, perdí 5 puntos a 4, pero era muy motivante estar rodeado de tantas estrellas y medallistas olímpicos”, relató “Sarachito”.
Dicha etapa fue muy motivante para el irapuatense, y la experiencia vivida dentro del Comité Olímpico Mexicano no la cambiaría por nada.
“Fue una etapa que marcó mi vida, viví prácticamente mi adolescencia fuera de mi casa, fue una parte de mi vida muy chida y que no cambiaría por nada del mundo lo que viví allá en la CDMX”, aseguró.
Aunque por el momento no está presente el deseo de participar en el proceso para los Juegos Olímpicos, Jesús Eduardo, no le cierra las puertas al volver intentar representar a México en dicha competencia.
“En estos momentos no está en mis planes, pero si hay la posibilidad en unos años más de ir a unos Juegos Olímpicos, con mucho gusto lo haría”, indicó.
EL RETO
Jesús tiene 2 principales retos tanto en su vida personal y como boxeador, el primero de ellos es el ayudar a su familia y el segundo conseguir un campeonato del mundo.
“El principal reto personal sería alcanzar un estilo de vida bueno para toda mi familia, darles la vida que realmente se merecen y en lo deportivo sería aspirar a estar en los grandes escenarios, ser la carta principal de una función y alcanzar un campeonato del mundo”, expuso.