Viajaba solo y sin equipaje. Había embarcado a las 11 de la mañana del pasado lunes en el aeropuerto de Palma de Mallorca en el vuelo de Air Europa 1704 con destino a Ibiza. Los pasajeros enseguida se dieron cuenta de que este ciudadano rumano de 44 años se encontraba muy alterado desde el momento en el que se subió al avión.
Sobre las 11.15 horas, cuando la aeronave atravesaba el Mediterráneo, se levantó de su asiento, se dirigió a una de las puertas de salida de emergencia, y comenzó a manipular los mecanismos para su apertura manual.
Según confirmó la Guardia Civil, varios pasajeros que le mantenían vigilado en todo momento, se levantaron de inmediato de sus asientos para evitar una posible la tragedia en el improbable caso de que lograra su objetivo. Con la ayuda de las azafatas lograron apartarle de la puerta y lanzarlo contra el suelo.
El comandante del avión informó de inmediato a la torre de control del aeropuerto de Ibiza de lo que estaba sucediendo a bordo, por lo que se dio preferencia a este vuelo de Air Europa para que tomara tierra lo antes posible.
Mientras tanto, el pasaje lograba mantener retenido a este ciudadano rumano, que seguía visiblemente alterado, durante el cuarto de hora que restaba de vuelo. En ese momento les confesó que su intención era abrir la puerta para lanzarse al vacío y acabar con su vida. De haberlo logrado, algo que es físicamente imposible con la cabina presurizada, también habría acabado con la del resto del pasaje.
Una vez en tierra, agentes de la Guardia Civil accedieron al interior del avión y se llevaron detenido al pasajero. De inmediato los agentes se dieron cuenta de que se trataba de una persona con sus facultades mentales mermadas, por lo que se llamó a una ambulancia, que lo evacuó al hospital ibicenco de Can Misses, donde quedó ingresado en la Unidad de Psiquiatría.
Una vez valoradas sus condiciones el pasajero deberá enfrentarse a un delito contra la seguridad aérea.
