Guanajuato, Gto.- El Festival Internacional Cervantino es diferente; no me atrevería a decir si es peor o mejor, sólo es diferente, dijo la rectora general de la Universidad de Guanajuato (UG), Claudia Susana Gómez López.
La responsable de la universidad pública fue prudente y no cayó ante las incisivas preguntas sobre la calidad de los espectáculos del Festival, la disminución de asistentes y de ocupación hotelera.
Se remitió a decir que la Universidad, parte y origen del festival, participa en una reunión anual donde se revisan conceptos y propuestas.
Dijo que la UG tiene un buen balance en el FIC, con la participación de la Orquesta Sinfónica, el Ballet Folklórico y los grupos de teatro clásico en las plazas con los Entremeses Cervantinos, las exposiciones, las actividades académicas y la labor de la radio universitaria.
Nuestras participaciones son distintas, nunca repetimos espectáculos, aclaró, y cumplimos la función de mantener nuestra identidad y nuestras tradiciones.
Por la mañana del domingo, Mariana Aymerich, directora del Festival, toreó cuestionamiento sobre los números a la baja. La presidenta municipal, Samantha Smith, pidió más espectáculos en las calles.
El cierre diferente
Los estruendos y luces sobre el fondo negro del cielo de octubre eran ya parte de la tradición cervantina, se fueron. En esta ocasión, tras un cierre con Lenine y el grupo brasileño “Francisco, el hombre”, que fue de menos a más, el Festival cerró con un espectáculo de drones y luces, en el afán de convertir al FIC en una fiesta cultural y artística sustentable.
O los drones tuvieron una expresión muy básica o pesa aún el recuerdo de las luces que estallan con la pólvora. El caso fue que sólo miraban, sin asombro y con poco entusiasmo.
Lenine, conocido por su fusión de rock y música popular brasileña, mostró el por qué se reconoce su canto crítico y de gran profundidad.
Francisco, el Hombre, mostró su mezcla de cumbia, rock, ska y ritmos latinoamericanos. La banda es famosa por su estilo festivo y su capacidad para conectar con el público. Hizo bailar a la concurrencia.
Fueron los que hicieron que el poco asombro ante los drones no se llevara al recuerdo.
Este año, Brasil y Oaxaca fueron los invitados especiales; Brasil se medio reivindicó al final, con el cierre; Oaxaca se llevó el festival.
Por la parte guanajuatense, destacaron los Leones de la Sierra de Xichú, con un Guillermo Velázquez que ha postergado su retiro de los tablados; la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y el Ballet Folklórico de la misma institución, así como la presentación delos tunditos de Doctor Mora, los ézá’r de San Luis de la Paz y los Alabanceros de San Felipe, junto con la
Orquesta Sinfónica Juvenil, que dieron realce reivindicativo en el templo de la Compañía de Jesús a los pueblos originarios de Guanajuato.
Syndy Gutiérrez y Vladimir Ibarra u una serie de grupos locales más, que son lo que ya conocemos y que alternaron con una limitada programación contratada por la parte federal.
De no ser por la Guelaguetza y la presencia de Oaxaca y la efímera réplica del teatro Juárez en la Plaza de la Rana, la edición 52 del FIC sería casi para el olvido.
El Festival Internacional Cervantino registró una baja en su venta de boletos y asistencia, de acuerdo con las cifras oficiales, en comparación con 2023. En esta edición congregó a más de 183 mil personas con una venta de 42 mil 331 boletos y una recaudación de 11.4 millones de pesos.
Esperemos que en 2025, con una presidenta que surgió de la combatividad universitaria, las cosas cambien. En las calles cunde el desencanto